lunes, 30 de marzo de 2020

EN BUSCA DE VERDADES 1

El antiquísimo reloj de madera hizo sonar su campanada al son de un grave y
hermoso "Dong" indicando que eran las 23:30, supo así Zaqueus que debía
ponerse en marcha. Eligió esa hora porque entonces el reloj sonaría una sola
vez; de haber elegido las 23:00 hubiera tenido que soportar 11 profundos y
horribles "Dongs" (siempre había tenido un problema con las monótonas
campanadas del reloj, excepto claro a la 01:00 o a las 13:00).  Como si
hubiese estado afuera con la oreja pegada a una ventana, ni bien terminó de
sonar la g del "Dong", se escuchó un ruido... Digo ruido aunque conozca que
la intención del autor del mismo era imitar a una lechuza, pero
lamentablemente lo mejor que consiguió fue sonar como un secador de piso
raspando un desprevenido vidrio seco.
Salió Zaqueus con cara de "por fin", pues había pasado horas tratando de
adivinar por qué lo había convocado a la puerta de su casa, y lo que más lo
desconcertaba: ¿por qué le había dejado elegir el horario?
- ¿Qué hacés acá Pieter? ¿Estás loco?- dijo Zaqueus mientras salía de su casa.
- Vengo a invitarte a buscar verdades- Respondió el otro mientras hacía
"casita" con la mano para que el viento no le impida prender su pipa.
- ¿Verdades? ¿No podía esperar? Si nos encuentran en la calle nos van a llevar
en cana - Dijo Zaqueus bajando la voz mientras miraba los horizontes
moviendo la cabeza de un lado a otro.
- No, no puede esperar. Vamos.
Zaqueus no discutió más, parte por curiosidad, parte por intuición y
finalmente por confianza en su viejo amigo. Subieron ambos a la camioneta,
manejaba Pieter. Siempre manejaba Pieter, y sobre todo cuando salían a
buscar verdades.
- Terrible, ¿No?- Dijo Zaqueus mientras señalaba la calle con la pera,
haciendo alusión a lo impresionante que era no ver un alma en el pueblo.
Aunque más lo dijo para romper el silencio que había ganado terreno en los
últimos 15 minutos. La situación lo tenía nervioso y el silencio de Pieter, esta
vez, mucho más.
- Mhm - Respondió Pieter largando humo, sabiendo lo que pensaba su amigo.
Sin previo aviso, luego de doblar por San Martín Sur, frenó de sopetón el auto
y lo estacionó frente a una casa desconocida. - Vení, seguime - Zaqueus bajó
rápido y lo siguió de cerca. Tocó el timbre de la casa y quienquiera que fuera
la persona que abrió nunca lo supimos, pues la gente (que era mucha) se
movía para todos lados saltando. Ambos presumieron que saltaban para no
sentir el cosquilleo en los pies que producían los bajos vibrando al salir del
parlante que tenía tamaño de una heladera.

- ¡¿Qué hacen?! - Preguntó Pieter gritando para hacerse oír. (Podía llegar a
verdades muy ocultas cuando se lo proponía, pero nunca hubiese podido
imaginar que así era como la gente bailaba)
- ¡Bailan! ¿Qué hacemos acá?- Pieter asintió con la cabeza cuando escuchó e
hizo un ademán con la mano en señal de "vení, seguime". Caminaron juntos
atravesando ese mar de saltahombres hasta que llegamos al pequeño jardín de
la casa, donde había un grupo de unos 11 que habían salido a fumar. Entonces
acercándose Pieter les dijo:
- Buenas noches, amigos. ¿Sería alguno tan amable de decirme cuál es la
verdad que los ha convocado aquí esta noche? - 10 de ellos quedaron con cara
de "¿eh?", pero uno no (concordamos luego en que era el más inteligente)
- ¿Qué haces pa? Emm, mirá, si hablo por todos te miento, si querés podemos
charlar de "mi" verdad, que es la que me trajo, pero nos tomaría mucho
tiempo, y están poniendo unos temones...- Dijo esto último como quien dice:
"Por favor, otro día hablamos de la Sustitución Vicaria, ahora quiero escuchar
el concierto para violín de Tchaikovsky"
Se quedaron un rato más ahí dialogando con los saltahombres. En cierto
momento Pieter preguntó por qué no le tenían miedo al virus de reyes y por
qué no se quedaban en casa, a lo que una mujer de pelo corto respondió:
-¿Y por qué no te quedas vos en tu casa? Seguro dejaste a tu mujer allá
lavando los platos, eh?- Automáticamente los otros 10 cambiaron el semblante
amistoso y pusieron las miradas más duras y amenazantes que pudieron y,
aunque no lo fue mucho, ambos prefirieron irse (no porque temieran
enfrentarse a mano limpia, sino que el motivo no justificaba la acción). Luego
de ver que no había verdades allí para encontrar con los saltahombres (excepto
algunas sobre ellos), decidieron irse. O mejor dicho decidió Pieter, quien era
el que dirigía el curso de la noche.
Luego de subir a la camioneta de nuevo, se pusieron en marcha. Esta vez el
trayecto fue más largo hasta que llegaron a la ciudad. Ni bien entraron vieron
personas caminando por la calle, jóvenes ofreciendo atentamente un mate
caliente a ancianos, adultos yendo a visitar a los enfermos al hospital llamado
BONDAD (Justo antes de la B había una marca en la pared que estaba pelada,
al igual que después de la última D). Vieron en una plaza un señor vestido de
manera elegante sentado en un banco de madera, hablando con varios jóvenes
sentados en el piso. Zaqueus comentó al pasar: - Pareciera que dice grandes
verdades - El otro contestó - Si, pareciera... - Dejando un halo de suspenso.
Zaqueus nunca preguntaba cuando Pieter dejaba al suspenso predominar. Al
igual que en la casa anterior, se encontraron con que nadie les preguntaba qué
hacían allí. A decir verdad, el lugar era muy lindo y la gente se veía muy feliz.
Pero había un olor rancio allí; de seguro se encontraban cerca de un tiraje de
residuos o algún río que viniese contaminado de otro lado.

Encontraron a un hombre solo en la vereda; ambos presumieron que estaba
paseando su Summa Theologicae tomo 13 mientras fumaba un Habano
importado de Cuba y tomaba un vaso de Whisky; por el aliento adivinamos
que era Jack Daniel’s.
- Oiga, señor. ¡Pscht! - Dijo Pieter - Dígame, ¿Qué verdad los ha congregado
aquí?
- ¡Que va hombre! La Verdad, con V mayúscula, claro.
- Ahh, eso es bueno, sí sí... Y dígame ahora ¿Qué hacen todos en las calles?
¿Por qué los jóvenes toman mate con los ancianos? ¿Por qué la gente sigue
yendo a los hospitales a tener contacto con los enfermos, los debilitados ya?
¿Acaso no se han enterado del virus de reyes?
- Tonterías - Dijo mientras agitaba la mano como si mágicamente eso evitara
que la susodicha tontera llegara a sus oídos (Quizás quería pegarle un buen
revés, cual jugador de tenis, mientras aún viajaba por el aire) - El nuevo orden
mundial es un cáncer que hay que desestimar para que no te enferme, fijate:
un chasquido de dedos y tienen a todo el mundo metido en sus casas, tienen a
hermanos acusando a primos de hijas de vecinos de haber salido a la calle.
¿Qué será lo siguiente, que nos obliguen a renegar de la Fe? No señor, en esta
ciudad nadie estará de acuerdo jamás con el mundo. Es lógica pura, el mundo
está enfermo, cualquier cosa que proponga el mundo estará infectada... No no
no - Dijo como si por un segundo se hubiese planteado la posibilidad de estar
equivocado - es mejor que sigamos con la vida normal, estos son signos de los
tiempos finales ¡Santo Domingo Savio decía que él seguiría jugando!
¡Seguiría jugando!, qué magnífico... Pero yo, ay de mí tengo que orar para que
el Señor me perdone, soy el peor, el más malo de todos. ¡Santo Dios! ¿Se han
enterado? Ya hay 60 muertos en el país ¡60! Pero bueno, así es la vida. Me
sorprende ver caras nuevas aquí, no suelen llegar muy a menudo. Sobre todo
ahora que todo el mundo vive en paranoia, si supieran que Cristo volverá no
estarían tan preocupados por una enfermedad. Además, ¿conocen ustedes el
porcentaje de fatalidad que tiene? Es minúsculo, minúsculo... Hay más gente
muriendo de dengue y no veo a todo el mundo encerrándose en sus casas. Lo
único que digo es: ¿No será esto una estrategia? Un modo de entrenamiento
digamos; ya probaron el tema de manipular las masas, y les dió resultado.
¿Quién podría afirmar que no lo usen luego para perseguirnos? Aunque nos
harían un favor también ciertamente: la sangre del mártir lava todos sus
pecados, y yo tengo muchos, seguro, como todos. La gente no es consciente
per... -
Pieter subió la ventana y continuó manejando. Se alejaron de la ciudad y
terminaron en las montañas. Cuando encontraron un lugar apropiado, frenaron
y Pieter hizo un ademán con la mano como diciendo "Vení, seguime, dale no
te quedes atrás". Una vez sentados en una roca comenzaron a charlar, prendió
su pipa mientras cebaba mate.

- ¿Por qué fuimos a esos lugares? ¿Qué verdad encontraste que a mí se me
haya pasado por alto? - Preguntó Zaqueus
- Ninguna, al menos ninguna que importe ahora. Construiremos como los
antiguos, buscaremos la verdad primero diciendo qué NO es... Vamos por
partes, los primeros, los saltahombres... Saben menos de la vida que aquel
saltamontes que tenemos en frente. No representa un desafío muy grande
encontrar las no-verdades que los rigen, ni es muy provechoso hoy
desmenuzarlas. Hoy nos atañe concentrarnos en el segundo hombre. Nos
compete pensar en su postura; no elegimos al mejor representante claro está,
pero él tiene detrás (o debajo sería más correcto) una estructura que
emprendió una buena búsqueda y anda perdida en tonteras, como él dijo... Es
una cuestión muy fina, que yo resumiría en lo que hemos hecho hoy: Buscar
la verdad. Pues bien, el hombre con el que hablamos no buscaba la verdad,
sino que buscaba la trampa a la verdad. Es sumamente importante que quede
claro esto: para llegar a la verdad hay que atravesar y destrabar trampas...
Ahora bien, hay una trampa difícil de desentrañar y difícil de combatir. A mí
me gusta decirle "la trampa de las trampas", pues consiste en eso: en una
trampa que hace que uno busque trampas... Es un vicio horripilante que crece
paulatinamente en el corazón del hombre. Cuando lo prueba por primera vez
trae consigo un dulce sabor a triunfo y sorpresa. Esa miel amarilla y cristalina
es la más peligrosa de todas: ya no buscan verdades, buscan mentiras. Bien
podrían decirnos "buscamos mentiras para desestimarlas y llegar a la verdad
más fácilmente", que de hecho es lo que nosotros hemos hecho hoy... Y aquí
viene, el quid de la cuestión... A nosotros no nos importa la no-verdad, tanto así que si nos
topamos con ella, la rompemos y seguimos… El error es detenerse en los no’s
sin avanzar hacia los sí. Regodearse en los "no" hallados, ser un experto en
falacias más que un coleccionista de verdades. Como si un joyero valorara
más su negro terciopelo que la perla que luce sobre él. He ahí el centro de esta búsqueda, fue una búsqueda del "cómo buscar". Después el tema prudencial de cuándo es correcto, o lícito o incluso necesario señalar una con el dedo y acusarla frente al mundo, o frente a íntimos, quedará para otro día.
Hoy la cuestión central es si amamos más la verdad de lo que odiamos la mentira; si
celebramos más el hallazgo de una verdad que el encuentro de un error... Pero
ya me dio fiaca hablar - Dijo esto último con cara de sorprendido, pues él no
había querido decir eso, sino que una fuerza imparable empujó las palabras
fuera de su boca, tanto así que comenzó a tener sospechas... Ya dejamos claro
que Pieter era ducho en el arte de encontrar verdades ocultas. - Creo que tenés
que mirar al halcón que está volando sobre la montaña - Ni bien terminó de
decir eso un halcón apareció volando por encima de un monte nevado -
Zaqueus, no te asustes. Creo que somos parte de un cuento corto. Hasta recién
tenía sospechas, había notado algunas cosas raras, pero lo acabo de confirmar.
- ¿Y cómo? - Preguntó Zaqueus, sin haber querido preguntar, sino que de
nuevo la voz había sido arrancada de su interior.

El suspenso llenó el aire que se hacía cada vez más espeso, hasta tornarse en
neblina. Ambos percibieron que el escritor estaba intrigado.

- Cuando iba a empezar a hablar sobre el criterio que deberíamos tener algo
me frenó en seco y dije que tenía fiaca de hablar. Ahí pensé por primera vez
que pudiera haber alguien escribiendo nuestros diálogos y que se haya
aburrido. Luego pensé que no podía ser, pues quien empiece a escribir algo
tiene que saber que le va a dar fiaca en un momento, y en tal punto puede
dejarlo en "pausa"; y seguir luego. Peeeeero después pensé que quizás el tema
en sí también le dé fiaca, o que sea muy recurrente y se haya arrepentido.
Entonces hice una prueba, miré una montaña fijamente, no había nada pero yo
dije que había un halcón. Sabía que si había una persona detrás de todo esto
inevitablemente pensaría en un halcón, entonces éste debería aparecer, y
efectivamente lo hizo.

. . .

Ya nadie pudo decir nada.

Zaqueus comenzó a aplaudir, aunque no quiso. Pieter comenzó aplaudir,
aunque no quiso. Juntos comenzaron a sonreír, aunque no quisieron. Se
abrazaron sonriendo hombro con hombro y mirando el horizonte, y la imagen
de ellos comenzó a alejarse lentamente, para que lo último que haya de este
escrito fuese feliz. Para que la última cosa que se vea sea a Pieter, el buscador
de verdades, sonriendo abrazado a Zaqueus, también sonriendo. A fin de
cuentas, para que el escritor no sea presa de una imagen de tirano, de
manipulador de personajes falsos, de extorsionador de humanos ficticios.

viernes, 27 de marzo de 2020

Viaje a un Cuadro: ''El Caminante Sobre el Mar de Nubes''



‘’Maldita y aislante cuarentena, que has sacado lo peor y mejor de mí, hoy te doy la mano, pues me has hecho descubrir, entre nuevos pasatiempos, la excelencia simbólica de la belleza, plasmada en maravillosas obras de arte’’


Ya han pasados varios días de encierro, luego de que este mitológico virus nos obligara a detener el mundo por un instante para frenar su avance incontrolable. Es allí que con el pasar de los días, andaba buscando nuevos hábitos, lecturas y hasta hobbies para poder hacer mas pasajera esta tortura del encierro absoluto.

 Los días varían, un día despierto en cavilación melancólica existencial profunda, y otro, simplemente despierto de buen animo y con ganas de fumar un buen tabaco y jugar una buena partida de AOE (Para entendidos).
Escribiendo esta pequeña intro para contextualizar, paso a relatar el porqué de este post, un poco humilde de sentido y palabras, pero sincero en fin. Y es que esta misma mañana, hurgando entre cajas y ordenando un poco, encontré una vieja postal, amarillenta por su antigüedad, la cual estaba acompañada de su clásico aroma a papel empolvado. La sorpresa fue grande, ya que aquella postal procedente de la Alemania Oriental, tenía impresa una pintura que ya antes había observado y que ya había llamado mi atención anteriormente. La dedicatoria, para no dejarlos con intriga, escribía; ¡Estoy bien mamá! 21 de Marzo de 1985.

  Dio la casualidad de que en ese momento encontrabame un poco melan y pensativo y gracias a esto, instantáneamente se me ocurrió la maravillosa idea de pasar el tiempo buscando algunas obras de arte en particular que ya conocía y descubrir el simbolismo que esconden más allá de la pintura en si y su posible interpretación. Es decir, jugar un poco con lo que busca el pintor para con el espectador. Es una interpretación libre, cada quien puede ver cosas diferentes en la obra. A continuación, empezaré este primer post de varios, con la obra que me dio luz para con esta idea y es nada mas ni nada menos que la Obra de Arte de ‘’Caspar David Friedrich - El caminante sobre el mar de nubes’’.




Buscando información de este pintor, me topo con que Friedrich pensaba que el arte debía agitar el espíritu. Para lograrlo, partió de la tradición holandesa y germánica y rompió sus reglas. De familia luterana, creció a orillas del Báltico. Sus paisajes, cargados de simbolismo, muestran marinas brumosas, bosques, ruinas y acantilados. En ocasiones, la imposibilidad de representar lo absoluto o trascendente, le llevaba a rozar la abstracción.

Observo la pintura durante un largo tiempo, busco inspiración mientras fumo y bebo en el encierro cuasi monacal de mi cuarto. Pasados 10 minuto en silencio frente al cuadro, empiezo a escribir en un papel borrador;

Es probable que el sujeto de la pintura, haya partido de un pueblo antiguo, con pequeñas casas de Villa con caminos de piedra vista. Ha ascendido desde el valle por senderos, a través de los bosques. Se ha abierto camino bajo el canto de los pájaros y los sonidos de sus pasos que agitan la hojarasca. No hace frío. El verano ha diluido los restos de nieve. Como se puede observar, es posible que a partir de un punto, el camino se ha hecho abrupto y, frente a un risco, se ha desvanecido. El caminante ha trepado hasta lo alto del acantilado. Allí se ha detenido. La neblina se desliza entre los montes. Las cimas se elevan en el horizonte. Desde su torreta de piedra natural, la inmensidad le ha estremecido y lo ha dejado, tal vez, sin aliento ante la inmensidad del paisaje.

Para los románticos, lo sublime es una cualidad de la naturaleza, de lo que es demasiado grande para ser aprehendido por los sentidos. Consideran que, si lo bello nace del equilibrio, lo sublime rompe la armonía entre la imaginación y la razón. Lo bello produce placer, dicen. Lo sublime provoca inquietud, turbación, incluso terror.
Con el objetivo de extender los límites de la imagen física, nótese que el autor de esta obra juega con el tamaño de las figuras. En esta obra, sus personajes dan la espalda al espectador. Fuerza así a quien los contempla a adoptar su propia perspectiva e incluirse en el paisaje y verse como uno mismo retratado. El paisaje alrededor, montes altos, verdosos y neblina por doquier, me hacen creer que esta inspirado en los Alpes suizos, ya que Friedrich al ser alemán, seguramente conoció tales paisajes, siendo Suiza país limítrofe.  Los torreones de arenisca, cubiertos de vegetación verde, son característicos de esta zona. Emergen como islotes en el mar de nubes. En uno de sus textos, mientras buscaba en alguna pequeña biografía, Friedrich afirmó: <<“La niebla expande el paisaje y le da un tinte celestial. Como una mujer velada, la bruma despierta la imaginación. El ojo tiende a lo que no se distingue con claridad”>>.

Entonces, me atrevo a decir que el caminante se mantiene firme frente a tal manifestación o epifanía. Su rostro podría denotar nostalgia, quizás desosiego o incomodidad, pero su pierna izquierda adelantada mientras observa, denota cierta tenacidad o firmeza. Podría transmitir que hay una afirmación o seguridad. Su cuerpo con atuendos oscuros se eleva sobre la superficie rocosa, serena, mientras el viento agita su cabello. Hay engaño... o tal vez, impostura y teatralidad en su actitud desafiante. Reclama su superioridad desde un pensamiento que aspira, posiblemente, a lo Divino.

De todos modos, jamas sabremos realmente que buscaba el autor al pintar esta obra maestra. Friedrich jamas relató una pintura de su autoría, y creo que pues fue por la simple razón de hacernos una picardía y dejarnos un final abierto...

Para ir concluyendo; Buscando más cuadros de Fiedrich, para encontrar semejanzas en sus pinturas, me tope con uno de un pintor discípulo de el: Carl Gustav Carus ‘’Mujer en un balcón’’




No pude no meditar que ambos personajes en sus respectivas pinturas se muestran en actitud contemplativa a simple vista, con el rostro observando hacia el paisaje. Pero mientras el caminante refleja el temblor y el éxtasis, la mujer aparece sentada, tranquila y en calma. Y esta diferencia en ambos es por una razón; La intensidad ante lo trascendente pertenece a lo masculino y por otro lado, 
la luz del atardecer define con claridad las montañas que observa la mujer desde la fortaleza posiblemente Gótica. Para ella, la naturaleza es visible, nítida, bella, concreta, terrenal. Femenina. No busca la revelación. El perímetro del balcón y el volumen del castillo establecen, el límite entre naturaleza y hogar. Su espíritu tan solo se asoma, pero no concreta. Pertenece a la vida doméstica.

¡Hasta aquí llego yo, quien anime sus capacidades a darle tal vez una mirada más profunda u observación desde otra perspectiva bienvenido sea! Espero que esta idea sea de su gusto, creo que este tipo de trabajos de poner en practica la imaginación nos hace mas sensibles, mas humanos.

El Peregrino Libanés

domingo, 8 de marzo de 2020

El Séquito


La noticia de la muerte del Santo Padre viajó en forma inmediata a todas partes del mundo, teniendo por primera vez en la historia, el uso de las redes sociales como enzimas catalizadoras del proceso.  Los "mass media" del globo entero se hicieron eco del hecho, y así pues desde el New York Times hasta el diario El País, pasando por Der Spiegel en Alemania y La Stampa en Italia, ponderaban el pontificado del difunto papa. Evaluaban también, como si supiesen, que figura pontifical necesitaba la Iglesia Católica si tenía intenciones de conservar un mínimo de fieles que permitiera sostener la inmensa infraestructura de la institución.


Don Camilo de Benedetto, recostado en su diván de cuero, arrojó el ejemplar diario de La Vanguardia que acababa de terminar de leer. Pensaba para sus adentros que estúpidos eran los periodistas que dirigían la opinión pública de todo el planeta.


Resultado de imagen de divan de cuero

Así pues, para un idiota del diario Clarín, "el próximo Papa tendrá que ser un gran diplomático. Nunca antes la crisis migratoria ha llegado a puntos tan álgidos" y además "el cambio climático exige una respuesta nunca antes vista en la Santa Sede, como es la eliminación de todas las estufas en todas las parroquias del mundo, en orden a dejar de consumir combustibles fósiles como el gas natural". El otro zopenco del London Times solicitaba enérgicamente al próximo Pedro "a meaningful change in the LGBT questions", y el que sin dudas más había hecho reír al menor de los Gamos, una periodista de Costa Rica, exigiendo la creación de un nuevo dicasterio: la Sagrada Congregación para la Adopción de Caninos Domésticos en Nunciaturas Apostólicas.

Afortunadamente, don Virula abrió la puerta de su habitación y lo sacó de su furor, recordándole que debían salir al castillo del Marqués, para la reunión mensual de representantes distritales del Godoy. A los 15 minutos, los delegados de Los Gamos, Abbuba, Don Ábila de la Mancha, y los veedores del Cacique don Ojota Fonsé, Hilario de Jesús, y el Hijo del Perla tocaban la gran puerta de madera con zafiros engarzados. 

Chateau Versailles Galerie des Glaces.jpg

"Ábreles de inmediato, y no te olvides de ir a buscar personalmente a Evilio el Confesor" ordenó adentro el Marqués al jefe de guardia. Este, asintiendo secamente, se retiró con pasos largos y ensayados, dejando el gran comedor en la sola presencia del Señor feudal. Tal vez no hiciese falta que supiesen sus leales servidores y amigos todos sus propósitos, ni sus estratagemas, pero al menos lo fundamental debían de entender. Si las cosas no resultaban como esperaba al final de ese día, el plan se desmoronaría, más no había ningún mal augurio que anticipara algo así, por lo que, fiel a su estilo, el Marqués del Godoy reanudó el toca discos en el segundo movimiento del concierto para dos violines de J.S. Bach, que bien sabía que ambientaría adecuadamente la reunión.


"¡Querido Marqués! He traído sencillos presentes en nombre de toda la comunidad de Villanueva".- exclamó Fonsé inmediatamente luego de atravesar el vestíbulo.-"Aceitunas recién procesadas, traídas de la gloriosa finca Don Gino."

Y así, uno por uno, fueron dejando las tradicionales dádivas. Este gesto, tan olvidado en nuestros días, era el ABC de la vida de estos hombres. Hilario Cruz con El Hijo del Perla unieron sus esfuerzos financieros y entregaron generosamente un barril de cerveza de malta, importado desde un monasterio cisterciense del norte de Europa. El starets del violín, por el contrario, optó por un presente más pedagógico y así pues recitó en un perfecto castellano antiguo aquel magnífico fragmento de Pemán, que hace decir a Xavier en el Divino Impaciente:

"¡Pronto!, que como un carbón,
 me quema el alma tu ultraje,
y me tarda la ocasión,
de enseñarte quienes son
los hombres de mi linaje" 

y responde Iñigo el de Loyola:

"Hombres que nacen y mueren,
como todos los demás,
y si les hieren en su orgullo,
quizás peores que animales"

"¡No olvide Señor Marqués de estas altísimas tierras, que polvo eres y a él has de volver, no caigas en la vanagloria, no sea que la vanidad que el sabio Qohelet describió tan magistralmente te agarre desprevenido!" completó el divino y santo Starets del Violín.

Con solemnidad, el Marqués se postró frente a sus amigo, dejando apoyar la orla de su manto de púrpura en el suelo: "Que nunca suceda. Amén. Amén."

Ya sentados todos a la mesa, comenzó el grandioso festín. Aves asadas, pescados, carnes a la olla y pastas; tentempiés, brochetas de cerdo y empanadas de camarón. Todo estaba fabuloso, y la amical reunión adquirió un rumbo especialmente gozoso cuando apareció entre ellos Evilio, el confesor de almas. ¡Cuántas veces había dado su bendita absolución a los allí reunidos! Probablemente era quien más conocía las almas de aquellos pecadores.

Levantando su brazo en señal de anuncio, se dirigió al Marqués:

"Mi señor, el heraldo me ha informado su deseo de confesaros, he procurado venir lo antes posible, más en la fila del templo he absuelto a 20 mil personas el día de hoy. A pesar de todo, aquí estoy, para brindarle mis humildes servicios."

El Marqués, desplegando sus casi dos metros de altura, abrazó al confesor de almas, y dijo a los reunidos: "¡Ea pues! Aquí tenemos un verdadero sacerdote de Cristo, en quien no hay doblez. Administra los santos sacramentos y predica el Evangelio del Dios Altísimo. Ora por su grey, y no deja a nadie sin consuelo."

Don Virula y Don Camilo, por la terrible cercanía que tenían desde hace décadas con el pastor, lagrimearon abundantemente. Para acallar el incómodo momento, el Señor del Godoy continuó:

"Don Evilio, quería pedirle confesión pública. Es bueno que la autoridad se acuse de sus pecados frente a los súbditos. Lo hizo el Rey David con el profeta Natán, y más en nuestro tiempo, el General Juan Domingo cuando se disculpó con Pío XII por la quema de las iglesias. También yo, venerable anciano, deseo mostrar que de carne estoy hecho, y sumergir mi alma y corazón en el océano bendito de la misericordia de Dios."

El padre Juan María, como le decían algunos, inmediatamente buscó una silla y un reclinatorio (sacado del oratorio privado del Marqués), y antes que los demás pudiesen entender, el Marqués arrodillose y se escuchó en alta voz a la reencarnación del Padre Vianney: 

-¿Hace cuánto no se confiesa?.-

-Dos semanas, Padre.- contestó el de largas extremidades.

-¿Y de qué cosas le quiere pedir perdón a Dios?.-

-Padre...tan sólo una cosa. Es...es Tatiana padre. Tatiana Gorocheva. La he vuelto a contratar ocasionalmente.- reconoció humildemente el Marqués del Godoy. La chica traída de Crimea para satisfacer a las cortes del Godoy se había vuelvo muy popular en las confesiones con Elvirilacio.

-¡Recuerda que el verdadero amor implica renuncia! ¿Algo más? ¿Te acuerdas de rezar todos los días? Es muy importante, en la mañana y en la noche.-

-Si padre. Nada más que yo recuerde.- acortó el Jefe de Estado.

-¿Le pides perdón a Dios de todos tus pecados?- interrogó finalmente el santo cura. Ante el asentimiento del Marqués, dió la absolución y culminó con la tradicional despedida:

-¡Da gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia! El Señor ha perdonado tus pecados, vete en paz. Que te vaya bien...- y así como había llegado de rápido, el nuevo cura de Ars salió despedido por la puerta. Todos contemplaron la escena con ternura, admirándose de ese cura tan humilde y pobre en luces humanas, pero tan sabio a los ojos de Dios.

El Marqués se sentó lentamente en la cabecera de la larga mesa. Estaba ruborizado. No es que ellos no conocieran a Tatiana, pero les sorprendía que alguien de la raigambre del señor feudal pudiese caer en tales vicios. Es que no todos estaban al tanto de la imperiosa necesidad de mujeres que experimentaba el del Godoy cuando cortaba con sus usualmente largos y emotivos noviazgos. El silencio se podía cortar un cuchillo, y de prontó el de los Gamos, el mayor, carraspeó fuertemente:

"Ejem! Bueno gran Señor, creo que es hora de que nos ponga al tanto de las noticias ocurridas en el interlunio", sentenció Don Virula con decisión.

Y así fue como el Marqués del Godoy relató la historia del favor pendiente del último papa de la Iglesia Católica hacia el Señor de la noble y siempre gracil tierra de Godoy Cruz. El rostro de Hilario Cruz estaba desencajado, sin dar crédito a sus oídos. Don Ojota, El Hijo del Perla, y Dom Abbuba reían entre dientes, admirados de ver el soborno del Marqués. Los de los Gamos, por el contrario, brindaban con grandes cantidades de vino blanco "Torrontés", de la viña de Jimmy el Cazador.

"De forma tal- culminó finalmente el Marqués- que esta misma mañana mis informantes del Correo Argentino me han hecho llegar que una carta procedente desde la Ciudad del Vaticano se encuentra en manos del Nuncio Apostólico de nuestro país, y debería estar llegando- ¡GONG! El tañir de la gran campana se hizo escuchar furibundo esta vez- precisamente ahora" finalizó el Señor del Godoy con una sonrisa súbita en los labios.

"Dimitri-ordenó de pronto al maestresala-llena las ánforas de piedra caliza traídas de Qumrán con 18 galones del mejor vino que tengamos procedente de Bordeaux. Si no me equivoco, debiera ser la cosecha 1842/1843, pero que primero pase por la criba de Don Virula! Traigan además los faisanes fritos, y los habanos robados a Castro durante la expedición a Cuba del '61 mandada por mi padre. Por último, que el cuarteto de cuerdas siga a dom Abbuba con la interpretación de 'Fatto per la notte di Natale' de Arcangelo Corelli".

El rostro del ruso asintió secamente, y mientras los presentes se abrochaban los sacos y ajustaban sus botas de cuero, 12 vasallos del Castillo se pusieron en paralelo con la gran puerta de madera, desenvainaron sus espadas, y formaron el ya conocido túnel de honor para los grandes invitados. Las dos hojas de madera se desplegaron lentamente, y un hombre alto y corpulento con traje talar ingresó dando grandes zancadas en el salón. Uno más bajo, gordo y feo, lo acompañaba, con un clergyman cubriendo el último botón de la camisa, y con una carta en sus manos. Era el heraldo del Nuncio. Parándose encima de la mesa del gran salón, en medio de un silencio sepulcral, abrió la misiva y comenzó a leer:

                                                            Resultado de imagen de sello vaticano

"Ciudad del Vaticano, 15 de Mayo del 2020:

Al muy alto y noble Señor de las tierras fértiles y fecundas del Godoy: paz y bien.

 Como Camarlengo de la Santa Sede durante el período de Sede Vacante, y por tanto máxima autoridad de la Iglesia Católica en estos momentos, le informo que deseo llevar a cumplimiento en obediencia la última voluntad del Papa fallecido días atrás. Esto es, que sea Ud creado Cardenal de la Santa Romana Iglesia. 

Respecto a la controversia surgida en torno a su corta edad y estado laical, no veo más solución que dar por abolidas las hasta ahora vigentes constituciones apostólicas del siglo XX que prohíben la nominación de un cardenal con vuestras características. Bien sabe Ud que en otras épocas, más felices tal vez, se coronaba príncipes de la Iglesia sin tanto prurito, dado que es una dignidad eminentemente honorífica, sin ninguna connotación sacramental. 

Por tanto, bajo el tácito deseo del último Vicario de Cristo, quedan formalmente anulados todos estos impedimentos. Dispongo entonces:

1. Sea llevado a cabo un consistorio de Cardenales el día 20 de Mayo del 2020, en la ciudad de Roma.

2. Sea Ud creado Cardenal de la Iglesia Católica en el mismo, con la designación de la titularidad de la Basílica de San Clemente.

3. Dispone Ud de 10 pasajes de avión, así como otros tantos lugares en los hoteles de la ciudad Eterna, para su séquito. Este deberá ser informado de inmediato al despachante de esta carta. 

4. En el improbable caso en que Ud. resulte electo Papa en el próximo cónclave del 25 de Mayo, se dispondrá a su inmediata ordenación episcopal, previa a su salida a la Logia de la Basílica Vaticana para el saludo a los fieles. 

Sin otro particular, lo saluda afectuosamente, 

                                                                      Angelo Card. Sodano, Camarlengo de la Sede Pontificia"


Nuevamente, el silencio reinó de forma absoluta en la sala. Todos las miradas se encontraban fijas en la cabecera de la mesa, donde el Marqués del Godoy acariciaba la cabeza de su animal favorito, el felino Aquiles. Lentamente, se levantó de la silla, respiró hondamente, y dijo en alta voz:

"Acepto la designación. Se suman al séquito, además de los aquí presentes, el Emigrante Nostálgico, Zaqueus de la Guerma, El Corsario Negro, y Jimmy el Cazador. Ahora, con el permiso de ustedes, me retiro. Tengo mucho que reflexionar. Dimitri, encárgate de la despedida de todos los reunidos, y avisa a Tatiana que me espere en la alcoba" sentenció con un dejo de cansancio en la voz.

Mientras desaparecía por la puerta lateral, los amigos y vasallos del Marqués no se atrevían a emitir palabra. Solo se escuchaba de fondo el segundo movimiento del magnífico concierto de Navidad. De pronto, dom Abbuba, dejando la batuta en la mesa, exigió:

-"Dimitri, de inmediato, trae un vino de la cosecha 4800 a.C. procedente de Ur de los Caldeos".-

-"Pero Señor, ese es el vino que bebió en su borrachera el Patriarca Noé. Solo quedan 4 botellas, únicamente en ocasiones especialísimas su amigo el Marqués..."- empezó a decir el oriundo de Leningrado.

-"¡Dimitri!"-cortó el divino instrumentista-"Esta es una de esas ocasiones. Haz lo que se te pide."

Nuevamente, Pavluchenko hizo una profunda reverencia a la mesa de los comensales, y dándose vuelta, enfiló hacia la cava de vinos del Señor del Godoy.


Continuará...