sábado, 30 de mayo de 2020

La caída de Durin

Me tomo el atrevimiento esta vez de no escribir, pero si de compartir un delicado y magnifico poema extraída del libro del Señor de los Anillos, cantado por Gimli a la Compañía durante su viaje a través de Moria. El canto surge como respuesta al comentario de Sam sobre el gran reino enano, del que duda que viviera nadie  «en estos agujeros oscuros». ( Capítulo 4 - Un Viaje en la Oscuridad del Libro Segundo de 'La Comunidad del Anillo'.)

No pretendo describir tal poesía por que seria cometer un grave error, habla por si sola. Tolkien, fiel a su estilo, no nos deja mas opción (Y que regalo nos dio) que asemejar tales versos a nuestro Señor Jesucristo y al cristianismo. Espero lo sepan disfrutar como yo lo disfrute e interpretarlo del mismo modo ya que realmente me es imposible darle otro tinte.



El mundo era joven y las montañas verdes,
y aún no se veían manchas en la Luna,
y los ríos y piedras no tenían nombre,
cuando Durin despertó y echó a caminar.


Nombró las colinas y los valles sin nombre;
bebió de fuentes ignoradas;
se inclinó y se miró en el Lago Espejo,
y sobre la sombra de la cabeza de Durin
apareció una corona de estrellas
como joyas engarzadas en un hilo de plata.


El mundo era hermoso en los días de Durin,
en los Días Antiguos antes de la caída
de reyes poderosos en Nargothrond y Gondolin
que desaparecieron más allá de los Mares del Oeste.
El mundo era hermoso y las montañas altas.


Fue rey en un trono tallado
y en salas de piedra de muchos pilares,
y runas poderosas en la puerta,
de bóvedas de oro y de suelo de plata.


La luz del sol, la luna y las estrellas
en centelleantes lámparas de vidrio
que las nubes y la noche jamás se oscurecían
para siempre brillaban.


Allí el martillo golpeaba el yunque,
el cincel esculpía y el buril escribía,
se forjaba la hoja de la espada,
y se fijaban las empuñaduras;
cavaba el cavador, el albañil edificaba.


Allí se acumulaban el berilo, la perla
y el pálido ópalo y el metal en escamas,
y la espada y la lanza brillantes,
el escudo, la malla y el hacha.


Incansable era entonces la gente de Durin;
bajo las montañas despertaba la música;
los arpistas tocaban, cantaban los cantantes,
y en la puerta las trompetas sonaban.


El mundo es gris ahora y vieja la montaña;
el fuego de la forja es sólo unas cenizas;
el arpa ya no suena, el martillo no cae;
la sombra habita en las salas de Durin,
y la oscuridad ha cubierto la tumba
en Moria, en Khazad-dûm.


Pero todavía aparecen las estrellas ahogadas
en la oscuridad y el silencio del Lago Espejo,
y hasta que Durin despierte de nuevo
en el agua profunda la corona descansa.






Dejo link de la poesía cantada en La película El Hobbits, la cual es exquisita y recomiendo con suma importancia escuchar luego de leerla.  https://www.youtube.com/watch?v=oLCAqaXCXzA



Peregrino Libanés

1 comentario:

  1. Muy caro Peregrino y Libanés,

    Le agradezco enormemente esta recomendación. Ha mucho que leí ya el Hobbit, y no recordaba esta referencia que hoy nos ofrece. Realmente es como usted dice, es el canto de la Historia de la Salvación, dejando en su último párrafo una evidente referencia a la Parusía y un sabor a esperanza en el lector.

    Gracias por la recomendación, me ha impulsado usted a releer esta obra, en el verano entrante espero poder llevar a cabo este propósito.

    En cordial afecto y estima.

    Emigrante.

    ResponderEliminar