jueves, 27 de mayo de 2021

Respetolatría: un manifiesto.

MANIFIESTO RESPETÓLATRA


Ahora la ley suprema es el RESPETO... 

Lo único a lo que versa la nueva Universidad es el "respeto"; valor sobre todo valor, norma de normas, canon indiscutido, objeto sagrado. La atmósfera facultativa es la de "Respetolandia", un lugar donde nada importa o interese, salvo el Respeto. Ni siquiera la persona misma podría importar llegado el caso, sino mi sacrosanto Respeto sobre esa persona, o sobre tal o cual institución o idea. La salvaguarda del Respeto es crucial. El Respeto empieza a cobrar vida propia. La entidad quasi ontológica que viene asumiendo en los últimos tiempos es notable. Tanto que se arroga derechos absolutos superiores a otros valores perennes como la verdad, la justicia, la concordia, el bien y hasta la mismísima solidaridad. Y está bien que así sucede, es el progreso inevitable, el cambio necesario. Todos los valores que en algún tiempo existieron dentro de las Universidades ahora están en crisis, entran en colisión con el relumbroso e implacable Respeto: o se ordenan a este valor, o quedan marginados en los rincones de la Universidad. Aunque claro, sincerémonos, la misma había dejado de ser desde algún tiempo Universidad: el saber universal fue expulsado de las aulas sin contemplaciones. Nos pareció un logro, un gran avance. (Quizás en estos tiempos de cursado virtual vuelva a aparecer el saber de antaño golpeando las puertas de los cuartos donde los alumnos se "conectan" a sus clases, aprovechando el supuesto bendito alejamiento físico de esas estructuras físicas de hierro y cemento que se las ha denominado con un término riquísimo y caro a nuestra civilización occidental: UNIVERSIDAD. ¡Cuidado!). Bien, estos enormes edificios -de pésimo gusto para algunos- se han transformado en empresas financieras y burocráticas donde se emiten matrículas al mejor postor o al hábil comerciante que persevera con sus aranceles siderales mes a mes, año tras año, pasando lustros -que podrían ser preciosos y fecundos- aportando el diezmo (¡qué digo el diezmo, el óbolo de la viuda!) resignadamente con el único fin, no de aprender los trascendentales o de alcanzar el saber universal (esto cayó en desuso, no es "tendencia" en las facultades), sino de obtener un papelito mágico que les sirva para endilgarles a la sociedad con petulancia: "¡Oigan, vean, soy un profesional, respétenme ahora!". Con esta condecoración valuada en miles y miles de pesos uno asciende en el grado del "Respetómetro". Tiene más capacidad y dignidad para ser respetado y respetar. Y esto es bien merecido porque en los largos y fatigosos años de Universidad, no se aprendió sino una sola cosa: el Respeto. Respeto en todas sus pluri-manifestaciones. Se aprendió a pie juntillas el Credo:
 
Creo en el Respetodopoderoso, señorón de la sociedad posmoderna.
Y en su engendro primogénito, la Construcción de un mundo mejor... 

Sí, hay que confesar que el nuevo universitario logró con esfuerzo en sus años estudiantiles a construir todo con el otro, con la "otredad", radicalmente, lo que equivale igualmente a destruirlo todo. Sí, se puede destruir todo, ¡destruyámoslo todo!, pero que quede en pie el respeto mutuo: esto es fundamental. Sí señores, respetar el otro, al máximo, hasta el heroísmo, hasta el éxtasis, aunque el otro se perciba unicornio, o camine haciendo la vertical, o ande desnudo por los pasillos de la Facultad, o se tatúe la lengua o se ponga un aro en el ojo. Aunque se proclame semidiós, tirano, adivino, aunque desprecie y odie a todas las personas, aunque niegue toda la realidad y aunque diga que lo blanco es negro y negro es blanco, ¡tranquilo, ey!, porque si te respeta, vamos bien. ¡Qué más da! ¿Pero estamos mal?, podrían asustarnos algunos retrógrados. ¡No importa! A nosotros nos complace saber y reconocer con humildad que vamos bien. Se va rumbo al respeto definitivo y cósmico.  A la Respetuosidad en su proceso último donde todo se absorba en ella, donde el "Respetuosismo" será la nueva religión que reúna a todos los hombres dispersos por las universidades, y más allá de ella.

Las universidades serán colimbas donde se recluten, adoctrinen e instruyan a los que pasen por ella para que estas sean la consignas que se les quede grabada a fuego para el resto de sus días:
-El Respeto ante todo. 
-Fuera del Respeto no hay salvación ni civilización.
-Respetando al otro, lo otro, le otro es que se va a construir un mundo feliz donde todos nos respetemos construyendo sin cesar, no importa qué ni para qué, la clave es construir, respetando y respetando, sin cansancio y con tenacidad obsesiva.

Porque el respeto es o debe ser:
-La razón de mi existir.
-La fuente que moviliza todas mis pulsiones.
-La filosofía que me conduce a ser mejor persona y me lleve a ser el primer constructor de un nuevo mundo, que es mejor porque es nuevo

¡Era el respeto, Doctores! A partir de ahora, de este asombroso y rutilante descubrimiento, todos podremos salir adelante. Esta es la hora en que todos aquellos que consideraron el respeto como un valor menor o que sencillamente fueron unos irrespetuosos incorregibles por creerse los auténticos académicos, desaparecerán porque han llegado los tiempos (¡y ya estamos en ellos!) en que arribará al seno de nuestras comunidades la diosa Respeto. Se está dispuesto hasta derramar la sangre para implantar esta nueva Era del Respeto. Los "Respetores" de este nuevo Orden se encargarán de que se cumpla religiosamente con este nuevo modo de ser, de pensar, de sentir y de vivir. El "Respetosismo", también llamado, es el producto más puro y perfecto del Relativismo. Costó tiempo que madurara este fruto maravilloso, pero henos aquí frente a él, soberbio, magnífico, adorable. ¡Qué mejor que el respeto! ¡Qué más sensato, coherente, prolijo, rentable y sensual que el Respeto! Es la llave de todo, la puerta al verdadero mundo. ¿Quieres triunfar en la vida? Respeta. ¿Quieres ser dichoso fácilmente? Respeta. ¿Quieres un lugar considerable, prestigioso y remunerable en la compleja sociedad de hoy? Pues, ¡vamos!, aprende a respetar, aprende lo que es el respeto en sus fuerzas puras, en su quintaesencia, y verás cómo amanece para ti un nuevo día. Y si buscas rápidamente un manual de respetuosismo mundial, allí tienes los Derechos Humanos. ¡Léelos! ¡Salve, oh Derechos Humanos, obra divina y divinizante entre los hijos de los hombres, sólo tú tienes las palabras para formar en el Respeto y para el Respeto indefinido, indefinible e indiferenciado!

Y si no, aquí estamos nosotros, los Ilustrísimos Decanos para ofrecerles una carrera donde aprendan intensisísimamente lo que es el valor del respeto y de la construcción y de la democracia en su máximo esplendor.
Así sea.
Gracias, gracias...
(Aplausos)


Firma:
La Junta de Ilustrísimos Decanos Generales de la Pon-ficticia Comisión de las Universidades Argentinas Caóticas.

4 comentarios:

  1. Caro don Hilario, exquisita y muy respetuosa exposición sobre nuestro querido y conocido "Respeto". Me pregunto yo, cuándo será el día en que éstos inútiles y desdichados respetadores lleguen al clímax de su "respeto religioso" en el que haya tanto vacuo respeto por la opinión contraria que empiecen a desacordar unos con otros sobremanera, a tal punto insoportable en que deban apostatar de él para no caer en la propia contradicción.

    Gracias por seguir fiel en la barca!

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    1. Don Camilo querido, fiel Gallardo de antiguas leyendas. Se extrañaba su pluma por estos parajes, últimamente desolados.
      Gracias por su irrespetuosísimo comentario que me trae a la realidad otra vez.

      Le brindo mi saludo, desde la insania mental ecológica.

      DH

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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