Capítulo II : LA SALIDA
El día en
el valle del Reino era esplendido, la escarcha se derretía en las primeras
horas de la mañana y el olor a hierba brotaba de todos lados, el comienzo de la
jornada tenía el cielo descubierto y el sol iluminaria toda la fecha. Eso sí, a
lo lejos, en las tierras bajas, las nubes y la oscuridad cubrían todo y los
rayos y truenos resonaban hasta en las tierras montañosas. ¿Algo estaría
pasando?
El ejército
ya estaba preparado, formado y expuesto en el pie del famoso cerro del Kristos.
Novecientos cincuenta hombres alineados en una proporción perfecta y el gentío,
mujeres y niños, esperaban la llegada del Joven Baishka y a la guardia personal.
Siempre había un clásico desfile de comienzo de campaña de una tradición
ancestral en el Reino. Los tambores sonaban de forma sincopada, unos tambores
con sonido de timbal, mucho más profundos y gruesos que los de fiesta.
Describir el uniforme del reino es algo
fascinante ya que posee características muy interesantes. En los pies van unas
botas de cuero que cubren hasta las pantorrillas ,recubiertas de acero
brillante , luego una bombacha ancha y tradicional de la región van con una
cubierta de armazón escamado de color bordo opaco en la zona de los cuádriceps; la cintura cubierta de una faja azul oscuro
en la que cuelga un chotki que es obligatorio y además se atan dos espadas livianas y curvas
de un solo filo; en la espalda muchos llevan un carcaj y un arco largo de un metro
y medio para el combate de larga distancia. La zona pectoral está cubierta por
un armazón liviano y escamado como el de las piernas; los hombros y antebrazos
de igual manera. Los cascos y protección de la cabeza varían dependiendo de las
castas y familias: algunos usan boina, otros gorros anchos recubiertos de acero
bien afilado, las guardias personales tienen una máscara que cubre hasta la
nariz y sus cascos tienen cuernos de ciervos.
De los mil
hombres solo cincuenta les tocó ir caminando o en carretas distribuidas de diez
en diez llevando los víveres, tiendas y armamentos. Con respecto a las armas de
fuego, el ejercito del reino no está autorizado a usarlas, solo en casos de emergencias,
si no el combate es a la vieja usanza, con espada o de larga distancia con los
arcos y flechas.
Por el lado
oeste, el de la montaña, ya avanzaba para encontrarse con su ejército el Señor
con su bigote bien tupido llevando las armaduras tradicionales del reino, pero con
signos de distinción de un Señor; su máscara era de color cobre y tenía un
bigote de diseño y una sonrisa que causaba temor y estupor, su casco tenía
cuatro cuernos de siervo y de los costados salían dos dientes de jabalí. Pero
fuera de estas llamativas características que lo diferenciaban, lo más
interesante era que no montaba un caballo, si no que iba sobre un león blanco, un
animal mítico llamado Rellua de escasa existencia y menos habían podido ser domesticados.
Estos eran más rápidos y agiles que los caballos y obviamente más sanguinarios
contra los enemigos de sus amos.
Del lado este venia Dom Abbuba sobre otro de los Rellua ,tenía una espada larga y de doble filo
atada al cinturón, su famosa túnica, pero por debajo de ella con una cota de malla
muy fina y brillante que relucía a la luz del sol a través del ropaje, en su
cabeza no había casco, solo su famosa capucha. Abbuba no venía solo, sino con
tres hombres, de los cuales solo uno tuvo que tener una presentación formal.
- “Te presento a Don Abila de la Mancha…. Él es
discípulo mío y creo que debe acompañarte para esta campaña, te será de gran
ayuda y te será fiel hasta el final, al igual que su perro Pampa” dijo Abubba y
golpeando la cabeza con cariño del cuadrúpedo.
Los dos, el discípulo y su can, pasaron para
el lado del Joven y Don Abila sin titubear exclamó -“estoy a sus órdenes, si el
staretz me ha dicho de acompañarlo lo seguiré hasta el final, soy muy hábil con
los cuchillos y las armas de mediano alcance y mis puños con mis guantes de
hierro lo defenderán ante cualquier peligro junto con mi can Pampa, feroz ante
los enemigos”
A lo que Baishka respondió “¡que así sea!
Estarás en mi escolta personal y charlaremos mucho en este viaje”.
El segundo hombre que estaba con el barbudo staretz
no tenía presentación, la guardia personal del Joven se inclinó ante él, era GUSTAV
en modo guerrero-warrior, su torso y brazos completamente desnudos pero
esbeltos y definidos cual los del Moisés de Miguel Ángel. Una bombacha
gauchesca color crudo con una faja gruesa color bordo cubrían sus piernas y no tenía
calzado. Estaba sobre un caballo manchado y sin montura, eso sí, llevaba de
cada lado del caballo tres lanzas bien afiladas y en su espalda una espada
gruesa de doble filo rompe-escudos de unos dos metros. Su mirada seria y fría
mirando hacia las profundidades del alma, daban a entender que este varón se
había enfrentado a mas calamidades y enemigos que cualquier otro y que poseía
un poder inmenso. Gustav es quizás uno de los personajes más primitivos de la mitología
cuyana, junto a Dom Abubba y existen desde que el Reino sobre la montaña, como
en textos anteriores hemos dicho, se llamaba Otlas.
Gustav es
el guardián y protector, Gustav es un mito vivo.
“Joven
Baishka es bueno verlo, le deseo mis mejores augurios en esta campaña… si
necesitase de mi ayuda ya sabe que tiene que hacer” dijo Gustav con voz áspera y
profunda .
“Si, oh gran Gustav, mis servidores ya tienen
indicaciones, gracias” pero Gustav no se movió del lado derecho de Abbuba.
El tercer
personaje que se presentó junto a Dom era un amigo del staretz del grupo
conciliar. En las tierras bajas se reúnen muy a menudo junto a los tan
mencionados Don Virula o El Marques del Godoy, Ojota Fonse entre otros. Este
señor vino con la
armadura propia de su casta, mucho más práctica y de un color
a acero plástico oscuro y un casco con dos cuernos gruesos. Portaba un pequeño
estandarte de su familia en su hombro izquierdo, en su espalda un mosquete
fácil de recargar y en su cintura dos espadas cortas de doble filo, al estilo
romano. En batalla le llamaban, El Toro.
Era Jimmy
el cazador que venía por petición de Abubba a acompañar a Baishka en tal
hazaña.
“Me gustaría que se conozcan un poco más ...”
dijo el consejero staretz- “… muchas cosas tienen en común con Jimmy …. Con él
nunca te faltará conversación, es muy curioso …. Además, su padre y él conocen
mucho las tierras de Tupum-gatúm y será bueno como guía”
Jimmy
rápidamente le entrego al del bigote tupido una botella de vino egipcio de la
cosecha de Ramses II como muestra de amistad y dijo - “… este sin duda es uno
de los mejores vinos del mundo, creo que esta campaña me dará un nuevo amigo. “
Baishka
comentó- “estoy seguro que si Jimmy, el cazador…. Nos hemos visto en otras oportunidades,
pero esta vez serán profundas nuestras conversaciones y vivencias” y apoyando
la mano en su hombro lo invito a pasarse al grupo.
La comitiva
principal, los cinco mencionados, subieron a la sima del tan legendario cerro
para apreciar la vista total del valle y encomendar tal hazaña a el Kristos.
Tomos miraban a la inmensidad del reino iluminado por el sol de las primeras
horas de la mañana, la brisa fresca cubría sus rostros y las montañas plateadas
los cuidaban sus espaldas como invencibles gigantes. El silencio era el actor principal.
Abubba finalmente dijo seriamente - “Temo que
no los acompañare en esta expedición…ni Gustav, eso está claro ...”
Baishka
respondió - “Lo se…pero me gustaría saber por qué”
- “Un
mal acecha las tierras bajas … va … una enfermedad, pero detrás de ella hay una
entidad maligna que destruye la psique de la gente y ya una lechuza me ha
informado de la situación en El Godoy. El Marques y Maria Vianney me han
solicitado descender para colaborar con una estrategia o quizás hasta para un
combate. Al enemigo lo llaman EL COVID”
Baishka secamente dijo - “No se diga más … A
Dios y espero que nuestras aventuras puedan ser contadas por nosotros y luego
por los trovadores en las mesas de los banquetes por años, nos veremos pronto.”
Sin cruzar las miradas se volvieron cada uno
por su camino y emprendieron cada cual su respectiva
misión.
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Los cuernos comenzaron a sonar y los bombos a
repiquetear a tiempo de vivace y comenzó la travesía. El pueblo los despedía
lanzando flores en el paso de la marcha y los animaban con canciones poéticas
de las viejas hazañas de los guerreros más famosos del reino.
El camino comenzaba en descenso para salir de
la montaña del reino y del valle. Primero, tuvieron que pasar por un pueblo de
mucha fama por la mala vida en fechas primaverales. Invasores extranjeros suelen tomar el pueblo,
promoviendo los placeres dionisiacos, la eutrapelia se tuerce
y se transforma en falta y pecado. Las casas de los pobladores siempre quedan destruidas
y nunca faltan las lágrimas amargas y los deseos de venganza. Los pobladores de
este pueblo son buenas personas en su mayoría, pero no todos, siempre hay espías
malévolos que les enseñan a los invasores como atacar y tomar el pueblo fácilmente
en la primavera. Esta jurisdicción no le corresponde a Baishka pero el pueblo
al verlo llegar con su ejército se inclinó y reverenció a tal Joven porque
siempre les da refugio a los buenos en sus tierras, en épocas críticas. El
nombre real del pueblo, está olvidado y hoy
lo llaman Las Vegas.
Luego el camino se hizo más empinado y
atravesando el arroyo pedregoso con la abundante agua del deshielo y los sauces
zarandeando sus melenas, se abrió un pasaje adentro de la montaña a un pueblo de
un pequeño valle que lo llaman del SOL.
En estas tierras otro personaje mítico se hace
presente y es de los grandes poderes que protegen estas tierras altas al día de
hoy, es músico y amigo de Dom Abbouba. Existen alianzas entre El Reino y el
pueblo del SOL gracias a este varón llamado Pater Coltro, el hombre religioso y
gobernador del valle del SOL. Su fortaleza-templo está en la cima más alta del
pueblo donde se alaba a EL todos los
días.
Cuando pasaban por el lateral del pueblo un
pequeño niño de pelos rojos y rizados corría al lado de la acequia húmeda y
empastada gritando con su voz fina:
“Oh Joven, Baish, oh
joveeeen….”
El amo y señor sobre la montaña pidió un
momento de pausa:
- “que sucede pequeño niño? ¿Cómo te llamas?”
- “Me llamo Timmy” ...respondió el infante
“…esta carta es para usted, Pater Coltro la envía y necesita que la lea”.
Baishka
rápidamente tomó el sobre y al abrirlo mágicamente brotó una melodía polifónica
de un coral de J S Bach, el Erkenne mich ,mein Hüter , a su vez en primera voz se oía a Coltro diciendo con
una voz gruesa pero ya de un anciano en sus últimos años :
“¡Querido Baishka, ve con cuidado! Mis
exploradores han ido a las tierras altas y estériles últimamente y han visto un
movimiento hostil, no me fiaría de que sea un paso tranquilo …estén preparados
para cualquier cosa, haz campamento en el pequeño fuerte de Vallecitos para
preparar a tus hombres ... yo siento la presencia de algún mal allí arriba, te
repito …ve con cuidadooooo” y con la cadencia final la carta se desvaneció como
ceniza de la mano del Joven Señor.
El ejército había quedado hipnotizado con la
obra y solo pudieron escuchar el precioso coral. La voz de Coltro solo se había
revelado a Baishka.
Baishka dijo - “Gracias pequeño Timmy… dile a
Pater Coltro que tomare seriamente su recomendación envíale un abrazo de mi parte”
y tocando la cabeza risada del niño, el cual acariciaba la melena del león, lo
miro a los ojos y continuó con la marcha.
La melodía del coral de La Pasión según san
Mateo continúo sonando a oídos de todo el ejército que les dio paz y
tranquilidad. Todos sintieron que eran protegidos en esos kilómetros por un
poder cósmico. A lo lejos Baishka divisaba, en la cima de la montaña del SOL,
la silueta clara de Coltro que levantaba una mano otorgando una bendición y en
su otra mano tenía un báculo del cual salían unas ondas mágicas semejantes a
auroras boreales.
Timmy llegó corriendo con el mensaje de Baishka
al Pater Coltro y le dijo: “¿Estarán bien? …Pater, ¿estarán bien?”
Coltro lo miro y respondió severamente: “… aun
no lo sé”
Continuará