lunes, 2 de marzo de 2015

Melany.

Queridos gallardos literatos, me presento -e inauguro- con este primer escrito que espero que sea de vuestro agrado. No lo juzguen a mal, ni con rigor, pues uno es inexperto y novicio en el tema, cual como el joven Bilbo, se lanza a lo desconocido con ínfimas seguridades (..¡cómo les gusta esas analogías!). No hay vuelta atrás, escrito está, y ya las palabras toman su curso en el orbe de la gallardía.
 
Antes de empezar quisiera aclarar a las mentes presurosas y muy imaginativas, que el título de esta entrada, no está relacionado a una dama de mi historial, ni es una mujer de un compañero, amigo, primo, taxista, elfo, enano, u hombre alguno. Es más, es una mujer sin cuerpo. Un espíritu con dotes femeninos. Una imagen transparente, delicada e inmaterial. Y eso es invisible a los ojos en su totalidad, como todo lo que cautiva y enamora (o perturba) enormemente. Lo esencial es.. -todos sabemos la frase.
 
Según las arcanas historias, Melany es una doncella que se presenta no muy continuamente, mas aún, es inesperada e insólita (prima la casuística). No respeta horarios, programas, lugares, ánimos, ni escondites. Mujer que corteja a todo hombre de este mundo, sin embargo, ningún hombre jamás desde la época de los Valar pudo ganarla o conquistarla. Aquél que estuvo a punto de tenerla, tocarla, entenderla o estudiarla, ¡la perdió! Desaparece cual estrella fugaz, y a su paso, no deja rastros; solo sus pisadas fuertes y lastimosas sobre el ánima que se le ha antojado caminar.



Ella misma es un misterio que poetas y escritores han querido develar por muchos siglos. Mas ninguno, pudo describirla tal cual es y tal cual opera, pues para cada víctima trabaja de diversas formas (casuística pura). Han podido esclarecer objetivamente  que su belleza es singular: porta rubios cabellos y ojos iris; su vestido es blanco inmaculado, pero al mismo tiempo gris nublado (dicen que es una mortaja pero al mismo tiempo no lo es). Tiene como hábito seducir, preferentemente, mortales sentimentales, con temperamentos nostálgicos (melans). Si bien embriaga en general, en estos ha depositado su confianza -la flaqueza sentimental de estos le permite a Melany ganar batalla prontamente.
 
Pero dejando las observaciones, quiero contarles y compartirles, que últimamente he podido verla. He podido observarla. Me tocó el turno de caer en su seducción. En un lapso de segundos y luces rápidas, la estudié. Me embriagué de sus vinos y venenos, me encanté con su mirada fija y su belleza inigualable: ¡jamás vi mujer así! Se podría decir que: "qué bueno era estar allí.." Pero tan pronto como la vi, rápidamente desapareció. En un abrir y cerrar de ojos se había hecho invisible. Mi gozo infinito había cesado; mi júbilo se había marchado; mi sonrisa, de ver tal belleza, se había destruido,.. y lentamente se fue gestando en mi una vorágine, miles de sentimientos cobraron vida en mi interior, y ya no había calma, al contrario, todo era enojo, dolor, envidia, añoranza, tristeza. Llantos y gemidos se vivificaron, me cubrieron como un manto; ya no podía ver, pensar, ni actuar. Las palabras me cobraban por salir. Los movimientos tenían pereza de obedecer. Y mi mente naufragaba en el océano tempestuoso y lúgubre de las ideas.
 
¡Sufría!.. Me dolía el alma y se sumaban los sentimientos nombrados, porque la había perdido. A ella, a MELANY la había visto, y no pude agarrarla; ¡huyó! Por primera vez observaba algo así. ¡Y lo perdí! Y eso me dolía, no haberla conocido más, no haber contemplado por tiempo extendido su fulgor y su belleza. Era un sentimiento (o conjunto de ellos, ya no sé) extraño. No sabría definirlo.. (para los que buscan definiciones, disculpen). Pensé que estaba loco, enajenado. Pensé que era una ilusión, y me dolía un sin sentido. Algo en el alma gritaba y rugía, pero sin explicación.. Estuve sin juicio por un momento, y traté de dar las explicaciones más escuetas de psicología que me enseñaron en el colegio de los marxistas, pero el dolor persistía: el sentimiento de pérdida, la tristeza, el silencio insoportable, la soledad cruel,.. ¡la muerte! Un ortodoxo lo define como: abatimiento; disgusto sin causa precisa que ataca subrepticiamente. ¡Eso mismo! No encontraba precisión hasta que.. ¡volvió a aparecer! ¡QUÉ ALEGRÍA! Me sonrió con su majestuosa sonrisa, perfecta, única, y con un gesto, pareció burlarse de mí (creo que fue una mueca bien femenina..). Y al ruido de un bocinazo infernal, ¡desapareció otra vez!
 
De vuelta volví al desconcierto y a la oscuridad. Los mares de mi interior volvieron a rugir: -"¡¡Hay tormenta!!" -gritaban los marineros... Me sumergí en las ascuas de mis cavernas; me ahogué en la tristeza; las lágrimas eran mi vino y los sollozos mi lema. -"¿No estaría loco de vuelta?" -me dije. ¡Por supuesto! Todo el día estuve cabizbajo y somnoliento. A cada hora me interrogaba si lo presenciado era sueño o realidad. Eso me hacía más desdichado. Vagaba en el vacío.. Estaba desorientado.. ¿¿¿No estaba sin juicio en serio???
 
Con el pasar de las horas desapareció el fuego. Había olvidado el recuerdo de esa tal MELANY y ya casi ni la recordaba. Mi mente y mi razón solo maquinaban una urdimbre de pensamientos `lógicos´ de lo que había pasado -me puse triste por nada..; estoy pasando un mal momento..; me va mal en la facu..; no se orar..; ando mal en el amore..; parezco infeliz..; etc..- y con esto justificaba la incertidumbre de mi vivencia.
  
Al tiempo de relajarme y encontrar la mejor justificación de mi grave inquietud, encontré un papel en el escritorio, casi roto y doblado -esos papeles anotadores como llama la gente- y allí estaba escrito: "LA VI. BELLEZA ANGELICAL. FULGOR". Estas fueron las pocas palabras que logré manifestar después de un éxtasis de verla. No me viene a la mente en qué momento pude tomar mi pluma y garabatear. Terminando de leer, ahí la recordé. Me vinieron a la memoria sus cabellos, labios y ojos.. Su figura esbelta y encantadora.. Su ropaje blanco y de platino..

 Mi inteligencia estuvo a punto de explotar, mis silogismos casi revientan, la razón a un paso de perderse..
 
¡Y comprendí! ¡Lo comprendí todo! Me sentía un hobbit agarrando el anillo. Consideré a toda la humanidad estulta e ignorante.. Pues,, ¡yo sabía el secreto!
 
Descubrí cual tesoro escondido, que aquello que los mortales llaman "melancolía", era Melany, que, con sus encantos y artilugios, llevaba a todos de las narices. Pero no, no pudo contra mi. ¡La agarré! Ingenua..
 
Pronto corrí a compartir mi sapiencia con alguien que capaz había visto lo mismo que yo, pero.. ¡nada! Me tildaron de loco, de niño caprichoso, y cambiaron de tema. ¡Insolentes! Verán como sufrirán los ataques de Melany, sin encontrar respuesta..
  
Esta es mi historia: aquel que quiera creer, que crea. La que causa la humana "melan", dirá Don Ojota, es la araña Melany. ¡YO LA VI! Aunque todavía me suele atacar esa melan.. Pero, ¿cómo? Si ya la superé. La vencí. Sin embargo, al tiempo entendí que Melany era poderosa, muy poderosa. Por más que no la haya vuelto a ver, mi alma se desconsolaba por querer recordar u observar aquella imagen de mujer. Al menos ahora comprendo, el dolor de los hombres, ese dolor sin sentido. ¡Es ella! Espero que puedan verla, y así me comprenderán. Le encontré el sentido a la melancolía sin sentido.  Otherwise, sigo sufriendo. Me impaciento por escribir otro vez para esclarecer más el tema.

¡LA SEGUIRÉ ESTUDIANDO Y LOS PREVENIRÉ DE SUS ARTILUGIOS!
 
 
The Young Writer

4 comentarios:

  1. Qurido Young Writer:
    Eres bienvenido como es bienvenida una copa de vino en medio de serenatas. Apreciamos que desees unirte a nuestra comunidad. Pues posees esa magnífica dote, única en su clase, para aparecerte por bosques pantanosos. De a ratos verás luz entre los abedules, y en momentos difíciles creerás que te atrapa el maldito pantano, para llevarte consigo hasta el fondo desconocido. Ya estás adentro de la arboleda de hojas infintas. Gracias por tu GALLARDÍA.
    Es muy interesante su estudio acerca de esta misteriosa mujer. No conozco ni su edad, ni su figura, ni procedencia... Sólo que oigo su hermosa voz de vez en vez, y me atrae cual sirenas a una mar de lágrimas (¿A esta mujer habrán hecho referencia algunos de nuestros queridos y mitologicos clásicos? ¿Odisea, Simbad?).
    No se ve llegar, no se sabe prevenir. Lo he intentado casi todo, incluído el perfeccionamiento a traves de la negación de los sentidos, allá en mi viaje por el Tibet. A veces tan sólo está, y por más que lo sabemos no podemos reconocerla. Es una pasión -¿o suscita una pasión?- que penetra en las fibras más íntimas, emana mucha luz cegando la visión del alma. Sería como "No me grites que no te escucho", algo así como una anulación de los sentidos.
    Estaré eperando ansioso la recopilación de más información jovencito, ansioso lo haré. Levantaré mis escudos de batalla cuando dispare sus dardos venenosos.

    Vaya con Dios,

    Don Catalino (+)

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  2. Don Young Writer, su presentación ha sido inesperada, y ha causado el primer placer del hombre: el asombro. Tal asombro me llevó a disfrutar de un modo peculiar este escrito -que más adelante diré algo del mismo. Pero por ahora sepa que me alegra que haya participado, y espero que siga participando de este excepcional grupo de amigos -o "comunidad", dirá el Cata.

    Por lo demás, sepa que este, su escrito, fue hecho con pasión. Salen chispas en cada renglón, y también, se encuentran lágrimas en cada rincón. Pero se entiende que este escrito tenga un tinte de alocado, de pasional, de fogoso, porque el tema que usté intentó balbucear, es un tema complejo, controvertido, delicado. Tema que, sin duda, ha suscitado fuertes discusiones en eternas tertulias. Su intuición vale, vale un montón, sin embargo la forma en que lo escribió, ya le dije, es un huracán de letras y frases. Con esto no desmerezco su primer obra, al contrario lo felicito y lo invito a seguir perfeccionando en este arte que es: el ARTE DE LA GALLARDIA.

    Y si su escrito tuvo un dejo de locura, más loco fue el comentario del cumpa Catalino. Aunque ya no importa; me alegra simplemente su reaparición y su gracia, querido Di La Plétora.

    Es un tema pa´ seguir analizando, de eso no cabe duda, aunque yo apuesto, modestamente, que tiene que ser más ordenado y claro el asunto, sino cuesta horrores seguir el hilo del mensaje... Somos románticos, mas ojo con el romanticismo desmedido y hasta cínico.

    Sin más, le dejo un franco abrazo Joven Escritor, lo sigo alentando y lo vuelvo a felicitar,

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  3. Querido Young Writer, su intervención es sorpresiva, como el primer relámpago de la tormenta. Digo esto por dos aspectos: es su primera intervención, sin aviso, y ¡que intervención! no deja de ser extraño, novedoso, arriesgado. Discúlpeme si mi aporte no sea del todo positivo, pero me gustaría que comentáramos mas el tema.
    En primer lugar me gustaría decirle que su texto es demasiado seguro, en el sentido que usted escribe con demasiada certeza sobre el tema susodicho. Yo quizá lo tomaría por otro lugar, con un poco mas de temor, pues Melany se merece ese temor. Segundo: Le recomendaría mas desconfianza a Melany, pues, ciertamente que es superior, y domina con facilidad nuestras suposiciones, en fin, trate de no entenderla tan de prisa. Por último y principal, no toda melancolía humana es sin sentido ( y esto no lo digo por melancólico). Esta característica humana es peligrosa, pero con mucho trabajo se puede ir encaminando. Creo yo, corrijanme si no es así, que muchas veces esta ayuda a reflexionar con profundidad cosas que quizá muchos las pasan por alto, aunque el peligro esta en reflexionarlas demás, lo que llevaría a una falsa profundidad. Además creo yo que a veces es necesaria cierta melancolía, que es signo de nostalgia, y, sin nostalgia verdadera, uno quizá no se tope jamás con la belleza de las cosas. Y yendo a la última causa, esa nostalgia nos puede ayudar al deseo de Dios, al saberse exiliado, a la belleza pura, y en fin, a la melancolía por Dios (¡no se escandalicen!, me refiero al profundísimo deseo de ver cara a cara al Amado) la cual estamos aún muy lejos.
    En cuanto a Melany en si misma, me causa terror. No he tenido la oportunidad de verla como usted, sin embargo, he sentido sus artilugios muchas veces, ¡demasiadas!. Pero intuyo que le gusta atacar por sorpresa. A veces cuando uno esta solo, a veces en lugares no convenientes, o con gente no conveniente. Y ciertamente que esa es su arma, la belleza superior. Y a medida que uno va descubriendo la belleza de las cosas, empieza a notar que todas tienen su huella, perfume, color, etc... Como si nos susurrara en las cosas que al fin y al cabo, todo es parte de su belleza, en ella se centra la belleza. (Aclaro que la minoría de las veces esa "melan" ataca por el recuerdo de alguna muchacha. Quizá es una de las más fuertes)
    Habrá que abrir bien los ojos, estudiarla, como dice usted, pues no tenemos la certeza de cuando sus ataques son para bien del alma, o para su perdición.
    Le agradezco su intuición, y me gustaría más de las mismas.
    ¡Bienvenido!

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  4. Estimado don Virula,
    Sepa ud que anoche, antes de que me rapte la Musa de los sueños, leí su comentario. Debe saber que no es un simple comentario más, sino una perfecta glosa sobre Melany, un aporte extraordinario; y le diré porqué.

    Primero debe saber que concuerdo en absoluto con su crítica al escrito. Sin duda que yo también percibí que el Joven Escritor habló sobre el tema con mucha seguridad y suficiencia. También habló con mucha temeridad y arrojo pues se demuestra, como ud bien apuntaló, que no hay temor y respeto, o dicho de otra manera, experiencia.

    Y acá viene lo segundo, que sus palabras, cumpa Virula, son de gran aplomo y exactitud debido a sus frecuentes experiencias con respecto a Melany, y debido también a su temperamente melancólico; por cierto muy distino al del Joven Escritor.

    Por último, sepa que quizá lo que busque Melany, no es tanto que sepamos el porqué del efecto "melans", sino tan sólo que nos adentremos más en nosotros mismos, que sencillamente seamos más profundos. Quizás eso busca, y nada más. (...que experimentemos la nostalgia??? qué es la nostalgia???)

    Hete aquí que sus palabras son en verdad iluminadoras y aleccionadoras, y me dieron pie para sacar la siguiente conclusión, mientras yacía en el lecho. Es un tanto arriesgada, lo sé, pero la culpa es de ud que ya había comenzado a jugar con el peligro -como de costumbre. Y bien: Melany, ¿no será un nombre de Dios? ¿O será tal vez un forma de la Belleza de Dios? ¿O será quizás la mensajera mas fiel y audaz de la Belleza Increada?
    Porqué salté con esto, preguntarán. Dicho diagnostico suyo, don Virulón, me lo llevó a considerar seriamente, y re depente, el foco se me prendió. Me acordé de unos versos del Doctor Místico -los primeros de uno de sus cánticos-, que decían así:

    "¿Adónde te escondiste,
    Amado, y me dejaste con gemido?
    Como el ciervo huiste,
    habiéndome herido;
    salí tras ti clamando, y eras ido."

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