jueves, 22 de noviembre de 2018

Tardes de melancolía: "La convicción"

Mientras esperaba en la vereda, Zaqueus secaba con la mano el sudor que caía por su frente. Era Lunes (vale aclarar que era feriado, para que no se tilde a los involucrados de vagos) y hacían 30 grados. De repente su amigo y compañero de tardes melancólicas abrió de un tirón la puerta principal de la pintoresca casa ubicada en Los Gamos. Sus prendas indicaban que habría estado haciendo trabajos caseros, una vieja remera de fútbol y un pantalón corto que de seguro sería de su padre. (Se detalla la falta de magia, exterior, en la situación para aclarar que los gallardos no precisan de una noche estrellada junto a un fuego chispeando y un buen vino para hablar de temas importantes)

Transpirados y sucios se brindaron un abrazo de amigos y el ruludo invitó a pasar al de la Guerma haciéndose a un lado para darle espacio. Tuvieron una corta charla simpática, en la que Don Virula explicó que había estado limpiando la pileta, mientras calentaban el agua para un mate. Luego partieron con todo lo necesario para el jardin y armaron un pequeño "campamento" provisto de una mesa pequeña, dos sillas cómodas, un termo y mate, seis medialunas y dos cajas de cigarrillos.

El tema a hablar fue la santidad, el buen Viru exponía cómo se da aquello en nuestro tiempo de tener por "idealizada" la santidad en el ejemplo de los personajes bíblicos y opinaba que la santidad a la que estaríamos llamados debía de ser "acorde" a nuestros tiempos y las cosas que en esta sociedad desafían al hombre Cristiano y suponen una renuncia.

— "Verás, por ejemplo: Mientras soñamos con evangelizar pueblos con la Biblia en una mano y un largo bastón en la otra, dentro nuestro sabemos que probablemente algo que nos acerque más al Señor sea el llevar una vida austera ¿De acuerdo?"

—"De acuerdo" Respondía el de la Guerma esperando el remate

—"Bien, no es bueno pensar que, porque idealizamos una santidad como las de antaño, pero en el fondo creemos ver las herramientas "actuales" que nos lleven a ella, entonces consideremos que estamos en el buen camino, ya que la primera es buena y la segunda también. ¡No señor! Y he aquí lo oculto de ese engaño: mientras vivimos añorando la santidad que no es, dejamos de buscar la que es, y no es suficiente con "saberlo en el fondo". Es lo mismo si dijera: "Yo en el fondo sé que está mal, por eso voy por el buen camino" luego de darte una bofetada sin motivo alguno. Eso, mi amigo, eso es tibieza y falta de convicción."

Luego el Viru escupió el piso, no porque estuviera indignado por aquello (probablemente lo estaría, pero ese no era el motivo) sino porque la vieja bombilla dejaba que se filtre la yerba del mate.

—"Sigue, amigo" Pidió Zaqueus sabiendo que aún no habría terminado de hablar.

—"Lo que digo es, querer algo para mañana, pero no hoy, sea quizás peor que no quererlo nunca. Si yo pienso que el día de mañana llevaré una vida sencilla y austera con mi familia en una casa pequeña y rústica, pero hoy no quiero dejar de llenarme de lujos o derrochar el dinero en lo primero que llame mi atención, pues... Y así se aplica con todo, nos llenamos de pensamientos llenos de sentimentalismo en cuanto al futuro y miramos con ojos de enamorada lo caritativos que seremos, y pensando en ello nos enojamos con nuestra hermana porque, al hacernos una pregunta nos sacó de aquella pomposa fantasía de qué tan bueno seré el día de mañana"

—"Entiendo... Que habilidoso ha de ser el coludo, que puede hacernos pecar incluso de soberbia en virtudes que aún no poseemos" Soltó Zaqueus exhalando como superado frente a lo complejo del engaño.

—"Sin embargo, non nobis domine non nobis, hemos podido ver esto. ¿Que si dentro de 2 semanas será tema olvidado? Posiblemente, pero no con una vida de oración y con un plan práctico" Respondió Don Virula.

—"¿Y cuál sería ese?"

—"Tantos... Por ejemplo: Si el día de mañana te gustaría donar 1000 pesos, empieza donando 1 hoy. Si quisieras llevar una vida austera con tu linda familia, empieza hoy renunciando a esa hamburguesa, a ese reloj, etc... Si quisieras el día de mañana que el Señor te bendiga con mayor entendimiento en temas espirituales, empieza hoy llevando una oración y meditación diaria... El pasado y el futuro son del diablo, no porque le pertenezcan claro, pero mediante la proyección a estar por fin realizados o incluso el recuerdo de haber sido bueno/malo alguna vez, nos distrae de nuestro propósito diario"

—"Claro, pero ¿De seguro no dirás que es malo planear, cierto? "

—"Ciertamente amigo, mas no olvides que hacer las cosas hoy como corresponde, es planear, es proyectar y crecer. Y más aún, es caminar con convicción hacia la santidad"

Zaqueus de la Guerma

2 comentarios:

  1. Estiamdo Zaqueus, lo felicito por su entrada. Simple y clara, por tanto, bella.
    Excelentes y acertados consejos los de don Virula. Nuestra atención y nuestra voluntad tienen que estar más que nunca listas, para no dejarnos llevar por los consejos del cuervo, sino para rezar con el santo el bendito "Hodie".
    Un fuerte abrazo desde Pasto Viejo,
    Mr. James

    ResponderEliminar
  2. Estimado Zaqueus,

    Impecable entrada, en la forma y en el contenido. Como bien dice Ud., qué astuto el coludo que engaña de forma tan sutil. Cuántas veces he caido y caigo en ese enredo de soñar una santidad futura y grandilocuente a la vez que en ese preciso instante peco de pereza al no cumplir con mi deber de estudio, o con con mi deber de caridad con el de al lado.

    Sepa que me ha dejado picando el tema en el corazón para meditarlo estos días. Muy fina observación la suya.

    Algo que también me ha encantado y que creo no hay que pasar por alto, es la idea que suelta al principio de que en lo cotidiano y vulgar incluso, también surgen conversaciones elevadas. Estamos muchas veces contemplando extasiados la belleza inalcanzable de Apolo y despreciando la de Dioniso.

    Le dejo un fuerte abrazo y, por favor, deléitenos con otro escrito suyo.

    E.N.

    ResponderEliminar