La noticia de la muerte del Santo Padre viajó en forma inmediata a todas partes del mundo, teniendo por primera vez en la historia, el uso de las redes sociales como enzimas catalizadoras del proceso. Los "mass media" del globo entero se hicieron eco del hecho, y así pues desde el New York Times hasta el diario El País, pasando por Der Spiegel en Alemania y La Stampa en Italia, ponderaban el pontificado del difunto papa. Evaluaban también, como si supiesen, que figura pontifical necesitaba la Iglesia Católica si tenía intenciones de conservar un mínimo de fieles que permitiera sostener la inmensa infraestructura de la institución.
Don Camilo de Benedetto, recostado en su diván de cuero, arrojó el ejemplar diario de La Vanguardia que acababa de terminar de leer. Pensaba para sus adentros que estúpidos eran los periodistas que dirigían la opinión pública de todo el planeta.
Así pues, para un idiota del diario Clarín, "el próximo Papa tendrá que ser un gran diplomático. Nunca antes la crisis migratoria ha llegado a puntos tan álgidos" y además "el cambio climático exige una respuesta nunca antes vista en la Santa Sede, como es la eliminación de todas las estufas en todas las parroquias del mundo, en orden a dejar de consumir combustibles fósiles como el gas natural". El otro zopenco del London Times solicitaba enérgicamente al próximo Pedro "a meaningful change in the LGBT questions", y el que sin dudas más había hecho reír al menor de los Gamos, una periodista de Costa Rica, exigiendo la creación de un nuevo dicasterio: la Sagrada Congregación para la Adopción de Caninos Domésticos en Nunciaturas Apostólicas.
Afortunadamente, don Virula abrió la puerta de su habitación y lo sacó de su furor, recordándole que debían salir al castillo del Marqués, para la reunión mensual de representantes distritales del Godoy. A los 15 minutos, los delegados de Los Gamos, Abbuba, Don Ábila de la Mancha, y los veedores del Cacique don Ojota Fonsé, Hilario de Jesús, y el Hijo del Perla tocaban la gran puerta de madera con zafiros engarzados.
"Ábreles de inmediato, y no te olvides de ir a buscar personalmente a Evilio el Confesor" ordenó adentro el Marqués al jefe de guardia. Este, asintiendo secamente, se retiró con pasos largos y ensayados, dejando el gran comedor en la sola presencia del Señor feudal. Tal vez no hiciese falta que supiesen sus leales servidores y amigos todos sus propósitos, ni sus estratagemas, pero al menos lo fundamental debían de entender. Si las cosas no resultaban como esperaba al final de ese día, el plan se desmoronaría, más no había ningún mal augurio que anticipara algo así, por lo que, fiel a su estilo, el Marqués del Godoy reanudó el toca discos en el segundo movimiento del concierto para dos violines de J.S. Bach, que bien sabía que ambientaría adecuadamente la reunión.
"¡Querido Marqués! He traído sencillos presentes en nombre de toda la comunidad de Villanueva".- exclamó Fonsé inmediatamente luego de atravesar el vestíbulo.-"Aceitunas recién procesadas, traídas de la gloriosa finca Don Gino."
Y así, uno por uno, fueron dejando las tradicionales dádivas. Este gesto, tan olvidado en nuestros días, era el ABC de la vida de estos hombres. Hilario Cruz con El Hijo del Perla unieron sus esfuerzos financieros y entregaron generosamente un barril de cerveza de malta, importado desde un monasterio cisterciense del norte de Europa. El starets del violín, por el contrario, optó por un presente más pedagógico y así pues recitó en un perfecto castellano antiguo aquel magnífico fragmento de Pemán, que hace decir a Xavier en el Divino Impaciente:
"¡Pronto!, que como un carbón,
me quema el alma tu ultraje,
y me tarda la ocasión,
de enseñarte quienes son
los hombres de mi linaje"
y responde Iñigo el de Loyola:
"Hombres que nacen y mueren,
como todos los demás,
y si les hieren en su orgullo,
quizás peores que animales"
"¡No olvide Señor Marqués de estas altísimas tierras, que polvo eres y a él has de volver, no caigas en la vanagloria, no sea que la vanidad que el sabio Qohelet describió tan magistralmente te agarre desprevenido!" completó el divino y santo Starets del Violín.
Con solemnidad, el Marqués se postró frente a sus amigo, dejando apoyar la orla de su manto de púrpura en el suelo: "Que nunca suceda. Amén. Amén."
Ya sentados todos a la mesa, comenzó el grandioso festín. Aves asadas, pescados, carnes a la olla y pastas; tentempiés, brochetas de cerdo y empanadas de camarón. Todo estaba fabuloso, y la amical reunión adquirió un rumbo especialmente gozoso cuando apareció entre ellos Evilio, el confesor de almas. ¡Cuántas veces había dado su bendita absolución a los allí reunidos! Probablemente era quien más conocía las almas de aquellos pecadores.
Levantando su brazo en señal de anuncio, se dirigió al Marqués:
"Mi señor, el heraldo me ha informado su deseo de confesaros, he procurado venir lo antes posible, más en la fila del templo he absuelto a 20 mil personas el día de hoy. A pesar de todo, aquí estoy, para brindarle mis humildes servicios."
El Marqués, desplegando sus casi dos metros de altura, abrazó al confesor de almas, y dijo a los reunidos: "¡Ea pues! Aquí tenemos un verdadero sacerdote de Cristo, en quien no hay doblez. Administra los santos sacramentos y predica el Evangelio del Dios Altísimo. Ora por su grey, y no deja a nadie sin consuelo."
Don Virula y Don Camilo, por la terrible cercanía que tenían desde hace décadas con el pastor, lagrimearon abundantemente. Para acallar el incómodo momento, el Señor del Godoy continuó:
"Don Evilio, quería pedirle confesión pública. Es bueno que la autoridad se acuse de sus pecados frente a los súbditos. Lo hizo el Rey David con el profeta Natán, y más en nuestro tiempo, el General Juan Domingo cuando se disculpó con Pío XII por la quema de las iglesias. También yo, venerable anciano, deseo mostrar que de carne estoy hecho, y sumergir mi alma y corazón en el océano bendito de la misericordia de Dios."
El padre Juan María, como le decían algunos, inmediatamente buscó una silla y un reclinatorio (sacado del oratorio privado del Marqués), y antes que los demás pudiesen entender, el Marqués arrodillose y se escuchó en alta voz a la reencarnación del Padre Vianney:
-¿Hace cuánto no se confiesa?.-
-Dos semanas, Padre.- contestó el de largas extremidades.
-¿Y de qué cosas le quiere pedir perdón a Dios?.-
-Padre...tan sólo una cosa. Es...es Tatiana padre. Tatiana Gorocheva. La he vuelto a contratar ocasionalmente.- reconoció humildemente el Marqués del Godoy. La chica traída de Crimea para satisfacer a las cortes del Godoy se había vuelvo muy popular en las confesiones con Elvirilacio.
-¡Recuerda que el verdadero amor implica renuncia! ¿Algo más? ¿Te acuerdas de rezar todos los días? Es muy importante, en la mañana y en la noche.-
-Si padre. Nada más que yo recuerde.- acortó el Jefe de Estado.
-¿Le pides perdón a Dios de todos tus pecados?- interrogó finalmente el santo cura. Ante el asentimiento del Marqués, dió la absolución y culminó con la tradicional despedida:
-¡Da gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia! El Señor ha perdonado tus pecados, vete en paz. Que te vaya bien...- y así como había llegado de rápido, el nuevo cura de Ars salió despedido por la puerta. Todos contemplaron la escena con ternura, admirándose de ese cura tan humilde y pobre en luces humanas, pero tan sabio a los ojos de Dios.
El Marqués se sentó lentamente en la cabecera de la larga mesa. Estaba ruborizado. No es que ellos no conocieran a Tatiana, pero les sorprendía que alguien de la raigambre del señor feudal pudiese caer en tales vicios. Es que no todos estaban al tanto de la imperiosa necesidad de mujeres que experimentaba el del Godoy cuando cortaba con sus usualmente largos y emotivos noviazgos. El silencio se podía cortar un cuchillo, y de prontó el de los Gamos, el mayor, carraspeó fuertemente:
"Ejem! Bueno gran Señor, creo que es hora de que nos ponga al tanto de las noticias ocurridas en el interlunio", sentenció Don Virula con decisión.
"De forma tal- culminó finalmente el Marqués- que esta misma mañana mis informantes del Correo Argentino me han hecho llegar que una carta procedente desde la Ciudad del Vaticano se encuentra en manos del Nuncio Apostólico de nuestro país, y debería estar llegando- ¡GONG! El tañir de la gran campana se hizo escuchar furibundo esta vez- precisamente ahora" finalizó el Señor del Godoy con una sonrisa súbita en los labios.
"Dimitri-ordenó de pronto al maestresala-llena las ánforas de piedra caliza traídas de Qumrán con 18 galones del mejor vino que tengamos procedente de Bordeaux. Si no me equivoco, debiera ser la cosecha 1842/1843, pero que primero pase por la criba de Don Virula! Traigan además los faisanes fritos, y los habanos robados a Castro durante la expedición a Cuba del '61 mandada por mi padre. Por último, que el cuarteto de cuerdas siga a dom Abbuba con la interpretación de 'Fatto per la notte di Natale' de Arcangelo Corelli".
El rostro del ruso asintió secamente, y mientras los presentes se abrochaban los sacos y ajustaban sus botas de cuero, 12 vasallos del Castillo se pusieron en paralelo con la gran puerta de madera, desenvainaron sus espadas, y formaron el ya conocido túnel de honor para los grandes invitados. Las dos hojas de madera se desplegaron lentamente, y un hombre alto y corpulento con traje talar ingresó dando grandes zancadas en el salón. Uno más bajo, gordo y feo, lo acompañaba, con un clergyman cubriendo el último botón de la camisa, y con una carta en sus manos. Era el heraldo del Nuncio. Parándose encima de la mesa del gran salón, en medio de un silencio sepulcral, abrió la misiva y comenzó a leer:
"Ciudad del Vaticano, 15 de Mayo del 2020:
Al muy alto y noble Señor de las tierras fértiles y fecundas del Godoy: paz y bien.
Como Camarlengo de la Santa Sede durante el período de Sede Vacante, y por tanto máxima autoridad de la Iglesia Católica en estos momentos, le informo que deseo llevar a cumplimiento en obediencia la última voluntad del Papa fallecido días atrás. Esto es, que sea Ud creado Cardenal de la Santa Romana Iglesia.
Respecto a la controversia surgida en torno a su corta edad y estado laical, no veo más solución que dar por abolidas las hasta ahora vigentes constituciones apostólicas del siglo XX que prohíben la nominación de un cardenal con vuestras características. Bien sabe Ud que en otras épocas, más felices tal vez, se coronaba príncipes de la Iglesia sin tanto prurito, dado que es una dignidad eminentemente honorífica, sin ninguna connotación sacramental.
Por tanto, bajo el tácito deseo del último Vicario de Cristo, quedan formalmente anulados todos estos impedimentos. Dispongo entonces:
1. Sea llevado a cabo un consistorio de Cardenales el día 20 de Mayo del 2020, en la ciudad de Roma.
2. Sea Ud creado Cardenal de la Iglesia Católica en el mismo, con la designación de la titularidad de la Basílica de San Clemente.
3. Dispone Ud de 10 pasajes de avión, así como otros tantos lugares en los hoteles de la ciudad Eterna, para su séquito. Este deberá ser informado de inmediato al despachante de esta carta.
4. En el improbable caso en que Ud. resulte electo Papa en el próximo cónclave del 25 de Mayo, se dispondrá a su inmediata ordenación episcopal, previa a su salida a la Logia de la Basílica Vaticana para el saludo a los fieles.
Sin otro particular, lo saluda afectuosamente,
Angelo Card. Sodano, Camarlengo de la Sede Pontificia"
Nuevamente, el silencio reinó de forma absoluta en la sala. Todos las miradas se encontraban fijas en la cabecera de la mesa, donde el Marqués del Godoy acariciaba la cabeza de su animal favorito, el felino Aquiles. Lentamente, se levantó de la silla, respiró hondamente, y dijo en alta voz:
"Acepto la designación. Se suman al séquito, además de los aquí presentes, el Emigrante Nostálgico, Zaqueus de la Guerma, El Corsario Negro, y Jimmy el Cazador. Ahora, con el permiso de ustedes, me retiro. Tengo mucho que reflexionar. Dimitri, encárgate de la despedida de todos los reunidos, y avisa a Tatiana que me espere en la alcoba" sentenció con un dejo de cansancio en la voz.
Mientras desaparecía por la puerta lateral, los amigos y vasallos del Marqués no se atrevían a emitir palabra. Solo se escuchaba de fondo el segundo movimiento del magnífico concierto de Navidad. De pronto, dom Abbuba, dejando la batuta en la mesa, exigió:
-"Dimitri, de inmediato, trae un vino de la cosecha 4800 a.C. procedente de Ur de los Caldeos".-
-"Pero Señor, ese es el vino que bebió en su borrachera el Patriarca Noé. Solo quedan 4 botellas, únicamente en ocasiones especialísimas su amigo el Marqués..."- empezó a decir el oriundo de Leningrado.
-"¡Dimitri!"-cortó el divino instrumentista-"Esta es una de esas ocasiones. Haz lo que se te pide."
Nuevamente, Pavluchenko hizo una profunda reverencia a la mesa de los comensales, y dándose vuelta, enfiló hacia la cava de vinos del Señor del Godoy.
Continuará...
"Acepto la designación. Se suman al séquito, además de los aquí presentes, el Emigrante Nostálgico, Zaqueus de la Guerma, El Corsario Negro, y Jimmy el Cazador. Ahora, con el permiso de ustedes, me retiro. Tengo mucho que reflexionar. Dimitri, encárgate de la despedida de todos los reunidos, y avisa a Tatiana que me espere en la alcoba" sentenció con un dejo de cansancio en la voz.
Mientras desaparecía por la puerta lateral, los amigos y vasallos del Marqués no se atrevían a emitir palabra. Solo se escuchaba de fondo el segundo movimiento del magnífico concierto de Navidad. De pronto, dom Abbuba, dejando la batuta en la mesa, exigió:
-"Dimitri, de inmediato, trae un vino de la cosecha 4800 a.C. procedente de Ur de los Caldeos".-
-"Pero Señor, ese es el vino que bebió en su borrachera el Patriarca Noé. Solo quedan 4 botellas, únicamente en ocasiones especialísimas su amigo el Marqués..."- empezó a decir el oriundo de Leningrado.
-"¡Dimitri!"-cortó el divino instrumentista-"Esta es una de esas ocasiones. Haz lo que se te pide."
Nuevamente, Pavluchenko hizo una profunda reverencia a la mesa de los comensales, y dándose vuelta, enfiló hacia la cava de vinos del Señor del Godoy.
Continuará...
¡Honorable Marqués! Que prometedora saga que nos trae. Ansiosos, sus vasallos del Godoy no duermen, y se la pasan en vela esperando a recibir al heraldo a que narre más de los acaecimientos sobre la Santa Sede.
ResponderEliminarEspero tener el honor de ser partícipe en su próxima inspección sobre la llanura de Ros Well, y aprovechar la ocasión para tratar el tema de Tatiana, Evilio también viene aleccionando a mís camaradas y a mí al respecto.
Una gran reverencia y un respetuoso abrazo, gran Marqués cuyano.
¡Su eminencia! Si tuviese usted alguna injerencia en la toma de decisiones, serìa bueno, a mi entender, argumentar que si se cancelan las misas en distintos lugares, bien podría ser licito aplicar la "cuarentona" con la mencionada "Tatiana"
ResponderEliminarPD: Si tuviese el buen gesto de facilitarme el contacto con la misma para un trabajo de investigación se lo agradecería sobremanera.
Espero con ansias la siguiente parte, le dejo un profundo y respetuoso abrazo.
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ResponderEliminarGran Marqués, ¡cuánto placer causan sus entradas! Su pluma se va perfeccionando a gran velocidad a la hora de describir situaciones y personajes de tanta gracia y vivacidad. Sabe atrapar al lector gallardo que no puede dejar de leerlo, aunque su posteo se alargue. Hay, además, cultura en sus relatos que elevan los espíritus de esta gallarda tripulación. Buen humor, verdades desparramadas, arrebatos religiosos se juntan en sus escritos con mágicas armonías. Lo aliento a que siga por este carril, que lo sabe hacer, y que deleita y entusiasma a los marineros de esta nave singular.
ResponderEliminarSuyo, estimadísimo.
Don Hilario Cruz
PS I: Fascinante y muy bien logrado el cuadro de la confesión del de Godoy donde figura el inmenso cura de Montecastel...
PS II: Los sanguíneos de la nave quieren saber más por la identidad de la rusa (?) Natalia Gorocheva.