lunes, 8 de diciembre de 2014

Gustos.

GUSTOS - Don Ramón Valdéz de Cardona

Noche de febrero, fiesta de gala, música clásica de fondo. Pequeños grupos de adultos mayores conversando, algunos con copa de vino en mano, Malbec de 1976 reserva. Yo hace unos minutos recién llegado, voy siendo presentado, por mi amigo y camarada, a un tumulto de los tantos que habían:

   - Que tal, mucho gusto en conocerlo. Me dice Don Tartufo, el del aliento a tufo, que sin saberlo, encendió la vela del pensamiento sin brújula y sin rumbo.

¿Mucho gusto en conocerlo? ¿Mucho gusto a qué? ¿A qué sabré? Si es que sé... ¿Acaso las personas tenemos gusto a algo? Y a pocos metros de mí escucho a alguien decir:

   -Con todo el respeto que se merece, ¡Usted es un “amargo”!

Mi oído se afina, y escucho en boca de un convidado, después de haber dado el último trago a su copa y ubicado a tres grupos de distancia:

   -Yo la conozco, su hija es muy simpática y muy “dulce”.

Palabras que eran como leños que caían sobre esa vela encendida en mi cabeza. Y de pronto, apareció ella, Laidéa. Se me ocurrió señores, y es aquí que quiero hacerles una invitación, en armar un pequeño manual, un escrito, un reglamento, una pequeña guía, o como quieran ustedes llamarlo, sobre GUSTOS, para romper ya esa milenaria frase de "sobre gustos no hay nada escrito", porque pienso yo, a mi humilde modo de ver las cosas, que es allí donde reside el problema de tantos disparates que encontramos hoy en día! Porque teniendo en mano ese pequeño rejunte de hojas, y que comercialmente lo podemos llamar "de bolsillo", podemos salir a decirle a esa chiflada:

-¡¡¡Nena!!! ¿No te alcanzó la plata para pelarte? ¿O tu peluquero se quedo sin pilas en la maquinita!!?? Te debe odiar, seguro! ¡¿Como miércoles podes salir a la calle así?? Mitad pelo, mitad pelada. ¿¡Y ese agujero que tenés en la oreja!? ¿¡Tu sueño es ser cortina de baño??! ¿Que?? ¿¡Que sobre gustos no hay nada escritos!?

Y ahí, cual jugador de truco que le han cantando la falta con treinta y tres de mano, saca de su bolsillo el librillo, y lee de la página sesenta y ocho, capítulo diecisiete, cortes de pelo, artículo tercero, que dice "La mujer deberá tener siempre cabellos largos de doncella, y los cortes deberán respetar este principio. No está para nada permitido - y es motivo suficiente de encierro, hasta que vuelva a crecer - cortes milicos, cortes mitad milico mitad Rey León o cortes derivados de estos. Artículo sujeto a modificaciones dependiendo de las modas". Hagan la prueba señores, hagan la prueba. Tomen un día cualquiera y observen todo lo que hay para escribir sobre gustos…

Tomando un pequeño balde de agua, apago esa flama que había encendido Don Tartufo y continúo muy amablemente con la conversación diciendo:

- Muy bien. Encantado Don Tartufo. Disculpe ¿el color de su corbata es violeta con verde fosforescente?

- Si ¿Le gusta?

Rápidamente me toco los bolsillos buscando mis treinta y tres de mano pero, todavía no habían repartido.

domingo, 30 de noviembre de 2014

El ciego luchador.


"Toda oración es una lucha del hombre con Dios". Mons. Straubinger.

¿Tan difícil es ver a Cristo? Pregunto. ¿Tantas son las fórmulas que nublan la lente humana y no dejan ver el Misterio? De no creer. A vuelta de hoja en el Evangelio, se nos muestra un Jesús mendigo de nuestras miradas. ¿Por qué? ¿Cuál es el poder de estos ojos toscos? ¿Qué arcana magia se oculta en el iris del diminuto mamífero parlante? ¿Dónde es que está esa secreta reserva de pureza para, simplemente, ver?

Con vértigo escribo estas líneas, sabiendo que Otro me ve, y que espera que yo lo vea. Pero, ¿cómo podré lanzarme a la tremenda aventura de ver? Por ventura, ¿podré ver al Salvador y quedar en pie? ¿Tendré los cojones suficientes que tuvo el ciego de nacimiento para ver directamente el Rostro del Amor Hermoso, y, acto seguido, postrarme en profunda adoración? Descarto -o no lo consideraré ahora- que el problema sea esto último: <adorarlo>. Por el contrario, o por lo mismo, me inquieta, me interpela, me acusa el VER. Ya quisiera volver mi mirada a Él. Ya desearía tener la dicha del ciego apasionado. Pero, ¡stop! ¿Acaso no he -no hemos- tenido esa dicha ya? ¿Acaso Jesús no pasó -y aún pasa- a vernos y a hablar con nosotros? 

Quizá, querido gallardo lector, le fastidie mi prosaica forma de expresar una reflexión religiosa. Quizá, ya lo harté con todas las preguntas que he hecho, desde el principio de este mísero escrito. Pensará que no encuentro la salida; que todo este texto es puro divague o un simple capricho. Traten de no olvidarse que los interrogantes abren puertas; habilitan a los Misterios de Dios; dilatan un rico pensamiento. Y esta es un poco mi loca idea: que se animen a ahondar más sobre la oración. ¿¿¿Sobre la oración??? ¿Y qué tiene que ver el "ciego", y el "ver", con la oración? Tranquilos, trataré de darle coherencia y sentido, a mi estrepitosa meditación. Si no logro mi cometido, sepan disculpar.

Avancemos. Nos habíamos quedado perplejos, considerando la dicha excepcional del ciego, pero que no es sólo "su" dicha, sino la dicha de todo hombre. De todo cristiano. Y acá comienzo a describir, tímidamente, la posible solución. Y aquí comienza a vincularse, el Antiguo y el Nuevo Testamento, en frágil equilibrio.

¡Así es! Sospecho, como sospecho que Alguien quiere poseerme, que la respuesta rondará en el siguiente tópico: limpiar el ojo para ver la Luz humanada. Pues, ¿tanto costará comprender que, aquel gemido sacerdotal del Redentor en la Cruz, ese estruendoso grito de "TENGO SED" que hiciera el Maestro, espera como bebida deleitosa nuestra pobre vida mortal? Claro que sí, así es Dios. A riesgo de ser temerario, y hasta necio, lo afirmo. "ABYSSUS ABYSSUM INVOCAT". En efecto, el abismo insondable del Amor tierno y delicadísimo de Dios, reclama, invita, llama, al abismo de nuestra desgraciada y perra miseria. ¡Sorprendente! ¡Dios es Sorprendente! La oración es un juego vertiginoso entre estos dos abismos inmensos que se pelean, que se baten, que se pugnan. En este escenario vital de la plegaria, donde el Creador y la creatura combaten, todo es peligroso. Más correcto es decir que, para nosotros será terriblemente peligroso, ya que una cosa es cierta: si Dios nos gana, "perdemos la vida". Con esto último, logro intuir que el orante es un loco, un desquiciado, un perfecto desafiante. Pues sabe que su derrota es segura. Y no solo eso, ya que en este tipo de luchas, no existen las huidas, ni menos quedar tumbado en el suelo. Es de vida o muerte. Aunque, acá, en este punto del sinuoso bosquejo, florece la tremenda paradoja: LA DERROTA DEL BOXEADOR ORANTE, ES SU VICTORIA.
Éste es su indecible triunfo, su exquisito trofeo: ser vencido, poseído, por el Dios de los Ejércitos. Éste es el vértigo del Amor. Éste es el camino fascinante del católico que conduce a la Vida. Primero ceguera, por fin la visión, y, entre medio, el firme combate. ¡Cintura y resistencia! A lo Jacob, que tras una larga disputa con el Ángel de Dios, termina consiguiendo la bendición del Eterno.(Gen 32, 24-29) Si no, díganme, ¿qué significa "Israel" sino "COMBATIENTE DE DIOS"? Seamos, entonces, otros "ISRAELES". Y no cesemos de guerrear por el Reino.., y contra el Diablo.

 A contienda doble, una fe de roble.

Don Hilario de Jesús+










miércoles, 26 de noviembre de 2014

El poder de la sonrisa.


Estimados amigos gallardos,

Hoy -y no sé porqué hoy, y no cuando me sucedió-, quisiera compartirles una experiencia notable que me sucedió. Claramente, no era la primera vez que me acontecía (lo que voy a contar), sino que varias veces ya me había pasado. Pero la última vez, recibí un rayo luminoso para saber (en el sentido más original de "saborear"), de donde provenía tal experiencia conmovedora y/o salvadora.

Dejando de un lado consideraciones protocolares, pasemos a la médula de la cuestión. Lo que me aconteció fue así: iba en el colectivo 102, como cualquier lunes o miércoles (esos días suelo tomarme el colectivo para ir a trabajar, de ida y de vuelta), volviendo a mi hogar, cansado del laburo agitante y agitador, una mujer joven, común, sin muchas pompas ni adornos, queda de pie enfrente mío. Yo, sentado, indiferente que tenía una muchacha delante de mí, le pregunté lleno de vergüenza por mi demora, a la actitud previsible en tales lugares:
 
- Disculpe, ¿quiere sentarse?- le pregunto con rubor.
- ¡Ay! No, gracias. No te hagas problema- me contesta tímidamente pero con una reveladora SONRISA.

Este hecho, vulgar, cotidiano, fue la fuente de inspiración para desarrollar mi siguiente hipótesis.

Ustedes rápidamente pensarán: "don Hilario, seguro que te enamoraste, y querés justificar o compartir tu enamoramiento". Pues, claro que no. Esperen. Les puedo asegurar que no me enamoré (sé que no me van a creer), pero el tema en cuestión no rondará en el tópico que imaginan.

Subrayo el gesto responsorial de la mujer: sonrisa. Lejos de ser romanticón, pude ver el asombroso y tremendo poder de la sonrisa. Del arma letal de la sonrisa. No porque ella me haya "enamorado", que podría ser tema de otro artículo (se la paso de taquito don Catalino), sino porque me dio vida y paz, y luz. Es un arma mortal, decía, porque hasta el más pintado, o el más gruñón, o el más idiota, o el más aburrido, quedan totalmente desarmados e inundados de luz. ¿Recuerdan aquel frio del que habla la Escritura, ese que "enfriará la caridad" en tiempos oscuros y gélidos como los de hoy? ¡Cómo olvidar esa temible y acuciante expresión apocalíptica! Dejando contemplaciones escatológicas, les describiré el poder de la susodicha arma. Sí, es capaz de generar vida en cualquier situación, en cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier persona. La sonrisa destruye este frio devorador, este hielo congelado y congelante que se llama INDIFERENCIA, o peor aún: ODIO. Fenómenos estos muy comunes en nuestros días. Baste, por ejemplo, subir al micro y ver cómo el chofer te hiere con su rostro resentido; o cómo las viejas parroquianas, que se creen más que el cura párroco, te echan sin más de la sacristía, o si son un poco más ubicadas te increpan ferozmente diciéndote "Mi´jito, el padre fulano no está, y el horario para confesar está en secretaría"; o cómo una mujeruca rencorosa, ante un halago tuyo, te responde vanidosa con su carita impertinente, levantando levemente las cejas. En fin, doy 3 ejemplos, aunque puedo dar mil. Y usté, querido interlocutor, seguro que también. Miles de escenas así, vivimos o sufrimos, por día. Entonces, ¿qué diantres hacer ante esos casos desventurados?

Lejos de dar una receta exquisita o la pócima de Chafar, compartiré la que actitud que yo he tomado, o estoy intentando adoptar, para tales momentos desdichados y feos.

<<Sonrío>> "Eh, pero don Hilario, no has descubierto el sol.." Tranquilos. Puede ser que el sol ya estaba descubierto, simplemente voy a agregar insumos para que esa  sea sonrisa viable. Porque, díganme, ¿quién nació sonriendo? Todos nacieron llorando. ¿Quién se ha muerto, literalmente, de la risa? Quizá Filipo Neri. Y les digo más, sin ser irreverente, ¿quién a descubierto en el Evangelio, al Cristo riente? Esto no es mío, es de don Chesterton. "Bueno, bueno, don Hilario, ¿a donde apunta?". Digo, que la sonrisa cuesta, que el saber reír es virtud, si es que no es don. Es un arte. Peligroso arte, aunque me atrevería a decir que es un arte redentor, que redime. Y acá llegamos al meollo de la cuestión.

Trataré de clarificar con un ejemplo, la experiencia que trato de balbucear:

Usté, se toma el bondi, para ir al destino preordenado. Cuando se está subiendo, a eso de las 7am, se topa con el colectivero aterrador. Acá está lo interesante. Es obvio, o estaría bueno que lo vayan sabiendo, que le va a contestar mal. Al menos, la mayoría de las veces. Por eso, es que usté tiene 2 opciones. Anote. O bien, puede agachar la cabeza, o ponerse los audífonos, o mirar la red-bus, pagar en la maquinita amarilla y seguir caminando indiferente hasta el fondo, donde se va a sentar (si hay lugar). O bien, puede decir con vos clara y poderosa, dirigiéndose al conductor del micro: "Buen día, ¿cómo le va?", e instantáneamente mostrarle una sonrisa enfática y comprometedora.

Hasta acá, las actitudes posibles. Ahora analicemos cada cual, y saquemos conclusiones.

En el primer caso, el frio mentado, no se lo detecta ni se lo para ni se lo enfrenta. Al contrario, dejamos que siga circulando nauseabundo, dentro del cacharro colorido. Cual peste negra, se irá transmitiendo de persona en persona, de pasajero a pasajero, por contagio, por contaminación. En cambio, fíjense la segunda actitud. Ese maldito frio, el cual para el hombre moderno es pan cotidiano, queda totalmente derrotado, apagado, enterrado. Sí, es la sentencia paulina: "No hagas el mal, antes bien, vence al mal, con el bien". Apliquemos este apotegma, para dicho artículo: "No enfríes la caridad, antes bien, vence a la frialdad con la sonrisa". Queda bastante claro, ¿no? Sin embargo, avancemos un poco más. Decíamos, más al comienzo, que se trata de un arma. Y si hay un arma, es porque hay una guerra. A lo que me refiero, siguiendo con el segundo caso, yo le sonrío al colectivero, y este, intentando querer responderme con agresividad o violencia o larvada indiferencia, percibirá que está desarmado. Porque acá está el secreto de la saeta de la sonrisa. Ella, se introduce subrepticiamente al objeto-sujeto (en este, el chofer del autobús x), y lo desarma por completo, impidiéndole una contra reacción. Más claro, vos a cualquiera que le sonreís, sea padre, madre, pariente, amigo, novia, monje, o lo que fuese, lo derretís. "Sonríe y triunfarás".


En efecto, no solamente lo desarmaste al colectivero, sino que lo derretiste, lo cautivaste, te lo ganaste. No solamente, apagaste el frio destructor, sino que hiciste que la caritas venza. ¿Y todo en cuánto tiempo? ¿Cuánto tuviste que hacer? ¿Qué hay que leer para formarse en el "arte de la sonrisa"? Nada de eso pichón. ¿Cómo se aprende a nadar? Nadando. Aquí se aplica exactamente lo mismo. ¿Cómo se aprende a reír o a sonreír? Riendo o sonriendo. Quizá al principio cueste, como todo. Y haya que, inclusive, "forzar la máquina". Pero luego nos despojaremos, casi sin darnos cuenta, de ese esfuerzo colosal por sonreírle a nuestra empleada, a nuestros vecinos, al mendigo que va a pedir comida, etc.., y pasaremos a hacerlo con naturalidad, con gracilidad y con sabiduría. Con flexibilidad y con kinesiología. ¡Con belleza! Como nos enseñó la Virgen de la Sonrisa:

 
Virgen de la sonrisa,
Madre de la alegría.
Vengo a ponerme
delante de tus ojos buenos.
Necesito esa luz de tus ojos serenos
y esa esperanza de tu rostro amable.
Te doy gracias María,
porque estás a mi lado
en todos los momentos.
Cuando sufro, tengo tu alivio.
Cuando estoy feliz, compartes mi gozo.
Vengo a buscar tu ayuda de Madre
para mí y para todos mis seres queridos.
Te pido que hagas nacer en nosotros a Jesús.
Así podremos vivir con alegría,
y saldremos adelante
en medio de las dificultades de la vida.
Danos fortaleza, paciencia, valentía,
y mucha esperanza para seguir caminando.
Madre de la alegría,
derrama tu consuelo
en todos los que están tristes y cansados,
deprimidos y desalentados.
Que la hermosura de tu rostro,
lleno de fuerza y de ternura,
nos llene a todos de confianza,
porque comprendes lo que nos pasa
y somos valiosos
para tu corazón materno.
Amén.
 
 
 
Don Hilario de Jesús+



 






















viernes, 21 de noviembre de 2014

¿Hoy será necesario explicarlo?



Mis cálidos saludos para ustedes caballeros.
Estuve haciendo mi rato de 11' de lectura, antes de penetrar en el reino del "todo es posible", cuando encontré este texto exquisito de un Sensible escrito para gente sensible.
Desearía escuchar los comentarios de algún Gallardo -sea elfo, humano o quien sea- que se atreva a transcribir lo que este texto haya suscitado en su azotea:
  
"..Y hoy, una vez más, despegué, como mis camaradas, contra todos los razonamientos, contra todas las evidencias, contra todas las reacciones del momento. Llegará la hora en que me de cuenta de que tenía razón contra mi razón. Me he prometido, si vivo, un paseo nocturno a través de mi pueblo. Entonces, quizá me habitúe, por fin, yo mismo. Y veré.
   Quizá no tenga qué decir acerca de lo que vea. Cuando una mujer me parece bella no tengo nada que decir. La veo sonreír, eso es todo. Los intelectuales desmontan el rostro para explicarlo en función de los fragmentos, pero entonces ya no ven la sonrisa.
   Conocer no es desmontar ni explicar. Es acceder a la visión. Más para ver conviene antes...." (Piloto de guerra, A. De Saint Exupéry, Ed. Sudamericana, p.47)   

Saludos cordiales

DC(+)

martes, 11 de noviembre de 2014

Don Hilario y don Catalino, contemplando la Portaitissa.



Permiisoo...- se oía la voz fina del joven don Catalino.

Mas, se encontraba que la celda estaba en penumbras, y allí, en la esquina, se alcanzaba a ver la silueta de don Hilario. Éste, se hallaba en la posición tradicional para orar, con su mini banquito de madera color crema, contemplando rotundamente a la "PORTAITISSA". Sí, a María Puerta del Cielo o la "Portera". Era el icono preferido para la vista y el corazón del sensible Hilario.
Volviendo a don Catalino, que se quedó merodeando ante el umbral entreabierto, decide pasar pero con vértigo. Lentamente se aproxima hasta el pequeño oratorio del barbudo, y se acomoda al lado, un poco atrás, para disponerse a rezar.
Silencio deseable existía en ese espacio narniano. Pero de pronto, sin poderse contener el de la barba tupida, exclama:

-¡Ya entendí!

Asombrado el Catalino por semejante exclamación, le pregunta inadvertido:

-¿Qué entiende, Hílari?

Pregunta esperada la del mocito, que tendría por respuesta una larga y sabrosa meditación, aunque también penosa, del viejo Hilario. Y comienza a responder este, pausado y con cierta reverencia.

-Vengo contemplando hace tiempo este bello icono, y de pronto, varias sugerencias se me presentan, o mejor dicho, la Virgen María, la maravillosa Portaitissa me ha hablado.

Silencio abisal. Luego de un hondo respiro, se apresura el
muchacho flacuchento.

-¿Cómo que te habló? ¿Me decís en serio?Pee.. peroo.. los iconoss.. noo..no hablan. ¿Verdad?

-Ay don Catalino, ay.. Y le digo más, uy, sí, uy. ¿Cómo puede ser que me esté preguntando, a esta altura del partido, si los iconos hablan o no?. Pero claro que hablan. Mas ese no es el punto, hoy no me detendré a explicarte cómo es que los iconos hablan. Eso será otro día. Hoy, en este atardecer, quiero compartir contigo una verdad inspirada, reveladora, sobre la mujer, a través de la portaitissa, la GRAN MUJER.

Boquiabierto quedó el frágil Catalino, no terminando de procesar todo lo que había oído en boca del geronte Hilario. No sabía si quedarse con lo primero, con aquello de que "los iconos hablan", o predisponerse a escuchar la verdad revelada sobre la mujer. Demorándose en la praxis para elegir algún rumbo, lo interrumpe don Hilario que sigue con el discurso.

-Mira, muchacho, ves esos grandes, grandísimos ojos. ¡Qué hermosura!. ¡Qué mirada diáfana la de la mujer!. Siempre atenta, hasta el más nimio detalle. Que sentido de la realidad tendría la mujer, que todo lo ve, todo lo interroga, todo lo atraviesa, y de todo se asombra. Aquí cabe, aquella frase tan mentada por el vulgo: "una mirada dice más que mil palabras". O sí, ya lo creo. Todo un universo me descubren esas pupilas penetrantes...

Breve mutismo. Y sigue:

-¿Y las cejas? Igual de grandes que los ojos, y ¿cómo no? Serán las cejas centinelas de unos párpados sentidos. Cejas largas que protejan, como la muralla China, la mirada limpia y diáfana. Cejas que se mantengan inmutables, firmes, ante las vivencias de la vida que muchas veces traicionan los rostros de las damas: a veces, enojadas; otras, embobadas. Cejas que sepan ser dúctiles al dolor y a la alegría.

Se acerca un poquito más don Catalino, para oír mejor al viejo, ya que este terminaba las frases casi suspirando. Y sigue.

-Curiosa nariz, ajena a la ridícula y dañina moda actual de las mujerucas plásticas, que lo primero que se retocan suele ser la nariz. Mas, no es el caso. Esta nariz es naturalmente perfecta. Delgada y delicada. No es tosca o gigante, para meterla en todos lados, o donde no corresponde. Sino para oler el perfume divino. Para oler, olores finos, fragancias celestes. Para olfatear el Mito... (tose don Hilario).

Renueva la marcha, pero cada vez más excitado.

-Boca enjuta y pequeña. Silente, para que hable el Misterio que lleva en sus brazos. Dada, seguramente, al hablar poco y con discreción, siguiendo el eterno consejo de san Martín a Merceditas: "habla lo justo y necesario". No está con la boca abierta, cual mujer chismosa o charlatana, la inmediata "lorito". También, fijate, una leve sonrisa se posa en su rostro, una sonrisa poética, cargada de amor y verdadera felicidad. No, una sonrisa, o mejor dicho risa estruendosa, prosaica, de sonoras y desubicadas carcajadas.

Esto último, lo terminó diciendo con ira, con vehemencia, con un
oculto dolor. Pero continúa.

-Toca, toca el icono, acaricia su rostro con respeto. ¿Alcanzas a percibir la suavidad de su piel, la pureza de su mejilla? Es que, no sientes lo mismo que yo, no te dan ganas de darle un beso señero, pero no por eso pasional (en el mejor de los sentidos). ¿Cómo es posible que tantas mujeres hoy, se afanen en el maquillaje y la peluquería, y se olviden que son bellas sin tanta artillería? Tanto maquillaje encima, ¿no ocultará tal vez una inocencia perdida? Sí, mi querido Catalino, acércate despacio al icono, y dale un beso romántico a la Madre del Único Romántico.

Y con esto, se hace a un lado don Hilario para que el entusiasmado oyente le deje un sello de amor en la frente, a la enamorada
Portaitissa.

- ¡Qué delicia!, ¿verdad? Oíme. ¿Te has detenido a contemplar el cuello? Toda una figura de que es el sostén del hogar. Todo un símbolo de que la mujer se debe mantener erguida, alta, no inclinada a lo rastrero, vacuo, banal, fenomenológico, llano, inmundo, y un largo etc... Está para que sostenga a parvulitos traviesos, y no para la venta nocturna. Y esas manos, ¡qué manos!. Manos fuertes, vigorosas y bien grandes. Hechas para cobijar y prestar refugio. Hechas para secar lágrimas o lavar caras. Hechas para una acaricia, tal vez. Aunque también, hechas para el trabajo sencillo y sagrado. No el trabajo que se define por ostentación, aplausos o un indigno profesionalismo. Manos también, ¡ay juna!, para corregir. Cuánto hace falta, querido Catalino, que las mujeres vuelvan a aprender el arte de las "golpizas" educadoras. Manos, por último, para señalar, para indicar, para sugerir lo excelso, lo sublime, lo pletórico. Que no, ¡canejo!, para manosear o para hurguetear la iniquidad.

Silencio prolongado, a causa del fin del discurso de don Hilario, que casi finalizó a los gritos. Pero esos gemidos quedaron enterrados por el silencio imperial que se imponía hidalgo.
Mucho tenía para meditar el joven orante, mucho tenía... El silencio feroz, las penumbras espesas, el sudor que le brotaba a borbotones, todo eso le indisponía a seguir allí. Asique, incómodo por la situación, se yergue levemente, y cuando está a punto de salir del cuarto, lo retiene don Hilario.

-Espera, amigo. Toma estos versos que me fueron dictados por unas hadas, la noche pasada, mirando de reojo a la Portaitissa. 

Agarra el pergamino el muchacho, y se aleja presuroso, cerrando la puerta con larvada violencia. Al otro lado del umbral, despliega el papel arcano, y comienza a leer meditabundo:

Rostro equilibrado
por el dolor y la lúdica.
Rostro abnegado
que un secreto indica.

Ojos enormes
que se dejan invadir.
Ojos inermes
que se dejan herir.

Nariz que olfatea
el Misterio en cada rincón.
Boca que desea
expresar lo del corazón.

Manos enérgicas
que se entregan fortísimas.
Telas espléndidas
te adornan mi Purísima.


Don Hilario de Jesús+

lunes, 27 de octubre de 2014

La queja.

-Recomendada por un friki, el cual no sabemos si es Don Saulo de Bonum Aers o Dom Saulo de Bonum Aers(benedictino)

 

Contra Juan Bautista por :

1-Ausencia de sentido pastoral 

2-Falta de misericordia con Herodes Antipas


Escándalo en el Cielo: Juan Bautista descanonizado

(P. Gonçalo Portocarrero de Almada)


La queja principal contra el dicho Bautista se refiere a su ausencia de sentido pastoral y su falta de misericordia para con el rey Herodes Antipas, a quien acusó de vivir en adulterio.

Gracias al gran lío informático con el Citius, vino a mi computador, procedente del Supremo Tribunal de justicia del Cielo, una copia del acto de descanonización de San Juan Bautista, propuesta por algunos católicos, que se hicieron representar por su abogado. Alega el casuístico que el dicho Juan, hijo de Zacarías y de Isabel, fue precipitadamente elevado a la honra de los altares ya que, a la luz de la misericordia pastoral, recientemente descubierta por los referidos fieles, es muy dudosa su santidad.

La verdad es que dicha madre del referido Juan, Isabel, era prima de María y, por tanto, el hijo de esta, Jesús, era pariente próximo del Bautista, lo que indica favoritismo en su canonización, cuyo proceso, por más señas, no consta en los archivos de la congregación para la causa de los santos. También se teme que el alegado santo haya sido ilícitamente beneficiado por el hecho de que dos de sus discípulos, Andrés y Juan, fueron después seguidores de Cristo (¿trafico de influencias?) Por otro lado, no se conoce ningún milagro, comprobado científica y canónicamente, que sea debido a su intercesión. Además del hecho de vivir en las dunas, de cubrirse con pieles de animales (quizá de especies protegidas), comer langostas (que, desde las plagas de Egipto, están en vías de extinción) y de alimentarse de miel silvestre (producto no autorizado por la ASAE), lo que indica comportamientos antiecológicos y, en consecuencia, dignos de grave censura social y eclesial.

Con todo, la queja principal contra el dicho Juan Bautista se desprende de su ausencia de sentido pastoral y su falta de misericordia para con el rey Herodes Antipas, a quien, públicamente, acusó de vivir en adulterio con  Herodías, mujer de su hermano Filipo y madre de Salomé. Hasta que los autos prueben que es verdadera esa convivencia marital, es absolutamente lamentable que, en vez de acoger misericordiosamente al simpático gobernante, Juan lo tiene condenado éticamente, incurriendo así en la santa ira de Herodías. Ahora bien, en una perspectiva más inclusiva y gradual, no sólo se debería haber abstenido de tales pronunciamientos moralistas, sino que debería haber participado misericordiosamente en el banquete natalicio de Herodes Antipas, según la famosa tesis que afirma que ningún convidado a una cena puede ser legítimamente impedido de comer en ella.

 Aunque los exégetas discutan si este principio teológico-gatronómico, muy en boga en ciertas jornadas, ya constaba en las tabas de la Ley, dadas por Moisés, o si parte de algún sermón de San Agustín, o incluso si se encontraba en la Suma Teológica, nadie duda de que es de fe divina y católica.

Por otro lado, la unión de Herodes con la cuñada era, indiscutiblemente, una relación amorosa y, siendo la cariad la principal virtud cristiana, debe prevalecer la actitud pastoral de valorar ese amor, teniendo también en cuenta el bien de la joven y bella Salomé, que de tan amorosa madre y de su afectuoso consorte recibía, como bailarina, una esmerada educación  artística, que debe ser también estimulada.

Por último, la forma ruda como el dicho Juan tenía por costumbre dirigirse a las autoridades eclesiásticas, como los fariseos o los doctores de la ley, no está de acuerdo con el estilo pastoral postconciliar, el cual, en vez de apelar a la conversión, o juzgar, prohibir o condenar actos objetivamente contrarios a la doctrina cristiana, acoge, bendice y alaba todas las actitudes de cualquier ser humano.

Por todo esto y más que pueda quedar por decir, entienden los demandantes que la sentencia no puede ser otra que la descanonización de Juan Bautista, corriendo a cargo del demandado las costas procesales, sin posibilidad de recurso ni apelación, excepto en sede de juicio final.

Al margen, se lee aún en los autos: se aconseja vivamente que sea también revisado el proceso de un tal Tomás Moro, que se opuso al divorcio de Enrique VIII y fue, por ese motivo, ejecutado, siendo por tanto igualmente sospechoso de actitudes contrarias a la misericordia cristiana. Recomienda además la apertura de los procesos de canonización de Herodes Antipas, de Salomé y de Herodías, patronos del amor libre, así como a Enrique VIII, víctima del fundamentalismo católico. Firmado: el abogado del diablo, suficiente procurador y representante de los referidos católicos*.

*Aviso a navegantes: con este texto irónico no se pretende negar la práctica de la misericordia en relación  todos los hombres y, con mayor razón, a todos los fieles cristianos, cualquiera que sean sus circunstancias personales y familiares, pero sólo recordar que la caridad presupone la justicia, y que no hay peor injusticia que la de tratar a todos por igual. La acogida misericordiosa que a todos los cristianos sin excepción, debe ser dispensada, no puede ser hecha a costa de la verdad moral objetiva, ni del propósito de conversión, al que la Iglesia invita a todos, como requisito necesario para la salvación.



DON CATALINO(+)

miércoles, 15 de octubre de 2014

Esclavitud.


Esta nota va dirigida a aquellos lectores que yerran en la vida, en los actos y en las palabras, en los pensamientos e ideas y en los actos que no fueron y que debieron ser.


 La esperanza de la verdad no está deshecha, la esperanza de la verdad es manifiesta, y emerge de aquella reflexión en donde nos percatamos de que el error está y el error es. Ese error ya es evidente gracias a aquél pensamiento que repentinamente irrumpe en nuestra meditabunda inteligencia, sea porque ahora nuestra imaginación nos brinda un nuevo enfoque o porque ese enfoque es recibido por una imaginación y perspectiva ajena a la nuestra, la de otra persona. 

 Que “cada uno es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio” es una frase cierta, pero no es una frase completa. -Si un hombre quiere dejar, como legado al mundo, una enseñanza, esa persona más se arriesga a equivocarse mientras menos genérica sea esa enseñanza, es una suerte de proporción inversa.- Me arriesgo a dejar un lema más universal: “cada uno es esclavo de su pasado”. De todo lo que dice, hace o no hace uno ya está encadenado y esa es una verdad más global, que resulta más segura y con menos probabilidad de error.

 La esclavitud es otro axioma. No sería bueno relacionarlo con la Edad Antigua simplemente y encerrarlo en la celda del olvido entre barrotes de ignorancia (culposa). Esa es una realidad tan primitiva como actual. Podemos percibir muchos tipos de esclavitud, entre ellos la esclavitud del vicio, la esclavitud de la manipulación de la verdad de origen mediático, y la esclavitud de los niños que no nacen en países que defienden los “derechos humanos”. Todas ella con dos puntos en común: el origen y el desenlace.

 A ese alfa y omega (de la esclavitud) le llamamos pecado, mentira, nada, alejamiento, engaño, anillo de Sauron, culpa, transgresión de la Ley, traición, y les dejo como tarea pensar 100 sinónimos más.

 Me envalentono y agallardo (amo inventar palabras para describir cosas que la gente común todavía no conoce) y les dejo un refrán más específico y peligroso, susceptible de ser corregido y de ser yo tachado de enemigo formal del clan “Open Mind”, nada hay más peligroso que ser enemigo de esa logia en este mundo.

 El remedio a la esclavitud es..., el remed....., la sustancia que nos librará de esto es...... (Kilos de sudor viajan por mi rostro, sudor espeso: muy común en los cobardes). Me descubrieron los del clan. Me están apuntando con un arma en la cabeza. Como sé que después de decirles el remedio voy a morir aprovecho para despedirme:

 “Les pido perdón por cambiar mi estilo literario tan bruscamente-o brutalmente- (pedir muchas veces perdón: muy común en los cobardes). Pues desde que empecé a sospechar que me estaban espiando los del clan comencé a ponerme nervioso y a escribir lo primero que me viene al mambo. Están esperando a que diga la verdad escandalosa para jalar del gatillo. Les dejo mis más afectuosos saludos, abrazos y lágrimas. Gracias por estos 2 minutos compartidos queridos lectores, mi hipersensibilidad-catalogada como una de las 17 enfermedades más peligrosas en el s. XXI según el CECER:Centro Educativo para Congéneres Esquizofrénicos de Rivendel- está restringiendo mi pensamiento, me está haciendo dudar de si decir la verdad o no ¡Maldita reflexión excesiva!
No voy a decirles qué los hará libres de tal esclavitud, mejor voy a decirles quién lo hará: Aquél que
fue unido a la cruz con clavos de amor, en quién tenemos la posi..”

(Pum!)En la sién.

domingo, 12 de octubre de 2014

Don Hilario: "ab initio".




 "Toc toc toc", suena la puerta de su celda, una celda pequeña, sobria y cálida...

- Pase- respondió don Hilario con voz clara y poderosa.
- Compadre, ¿cómo le va?. Disculpe mi súbita interrupción, pero..
- Pero qué, don Virula?- se apresuró a contestarle don Hilario.
- Pasa que, apareció un blog en internet, y se ve interesante. Se titula: "GALLARDOS SIN GALA".
- Sí, ya se -corta en seco el joven Hilario, debido a su temperamento explosivo. ¿Qué te parece?.
- Ya te dije, interesante. Aunque me gustaría saber algunas cosas, acaso ¿usté está involucrado con este blog? - pregunta curioso don Virula.
- Pero claro que no, sin embargo sé todo dese blog, ya que un gran amigo mío (desos frikis que tengo yo), se dignó a contarme todo acerca deste blog, con lujo y detalle. Así que, te responderé a tus interrogantes, o quizá sospechas. - se acomoda para oír atento don Hilario.
- Ahh, vale! Bueno, primero, quiero saber el nombre, que aunque me agrade no significa que esté del todo satisfecho. Acuérdese que soy inquieto. Segundo, ¿cuál será el fin deste blog?, que aunque aparezca en la introducción, no me cierra del todo. Y por último, ¿cómo podremos participar?, digo por si alguna vez me agarra la loca de escribir o comentar algo.

Se quedo pensativo don Hilario, y luego de una pausa, se dirige a la antesala de su celda para buscar allí, entre objetos variadísimos, su pipa compañera:"Feli".

- Bien, -empieza a jugar con Feli, y por eso no se le entiende bien lo que dice- el nombre se debe a varios motivos, aunque intentaré aunarlos. Juan Luis Gallardo, poeta argentino como pocos, una vez nos contó (a mí, y a mi amigo friki), que luego de estar viudo, se cansó de estar solo, y decidió buscar una compañera ya que "no es bueno que el hombre esté solo", y el viejo rondaba los setenta pirulos. Así se acordó de una bella mujer, que alguna vez intentó conquistar, mas un amigo suyo le ganó de mano. Y bue, que gane el mejor, no? - dijo de súbito don Hilario, y se reía mirando de manera cómplice a su fiel amigo Virulon. 

- Sigo.. y este personaje, héroe del amor, consiguió contactarla. Y sabe donde vivía?? pues, en España, coño. Así que el viejo Gallardo, sin dudarla dos veces, se toma el primer vuelo a Madrid. Allá la encuentra, le pide matrimonio, y ahí lo tenés al poeta, casado con Margarita Gallega. Eso, estrictamente hablando, es GALLARDÍA. Y a que respondió??, a que el viejo es todo un hombre, primero, pero un hombre sensible, un romántico -terminó don Hilario suspirando la última frase, y ya manoteaba el atacador para limpiar a Feli.

Ansioso por el relato, le pide don Virula que prosiga, aunque este, habitualmente solía ser el primer, y casi único oyente del barbudo, ya que mantenía su relato en un tono fantástico, o diría mejor, mítico.

- Otro motivo, es que está dirigido el blog para jóvenes románticos, aunque son pichones aún. Por eso el "SIN GALA", como aludiendo a su imberbe entusiasmo. Aunque también, se refiere a la modestia de tales jóvenes. Otra razón, es la sonoridad que hay entre las tres palabras. Sea como fuese, el nombre me gusta, lo compro -finaliza la primer respuesta del barbudo.
-Ahh, tiene sentido, ahora sí -agrega el ruludo.
-El sentido del nombre, pero el sentido del blog es este. En pocas palabras, una protesta al mundo racionalista. Un baluarte en contra de los destructores de mitos. Un espacio donde vos, yo, y el Ojota, y todos aquellos hombres sensibles, puedan expresar sus sentimientos, describir sus intuiciones, plantear sus teorías románticas. Puedan volar, disfrutar la vida, jugarla con pasión,.. - se había entusiasmado don Hilario, hasta que el Ojota, que estuvo toda la conversación detrás de la puerta, entra en escena de manera súbita.

- ¡Qué maravillosa idea! -exclama el morocho.

Los dos sorprendidos, lejos de irritarse con su amigo desubicado (era común enojarse con el Ojota), se dejan arrastrar por ese grito de triunfo.

- Don Ojota, qué aparición la tuya, pensé que era un orco que nos espiaba -le responde de manera mordaz don Hilario (este ataque también era común al desdichado Ojota).
- Igual, fue oportuna tu irrupción, así festejamos junto con el barbudo demente, el descubrimiento deste blog magnífico, para desenvolver nuestra "gallardía literaria", como lo llamara alguna vez el Ángel Gris.
- Excelente idea cumpa, pero antes, deje que le conteste la tercera cuestión que me planteaba, la de cómo carajo participar. Pues, fácil, pueden comentar con total libertad de espíritu, y a su vez, si quieren subir algún post, le avisan al administrador del blog, y listo. Pueden escribir poesías, cuentos cortos, diálogos, relatos, y hasta ensayos. Pueden usar solo alegorías y/o mitos. Pueden escribir sobre asuntos actuales, novedades, y hacer paralelos satíricos (aunque esto cumpa, sea picante, jeje) con personajes o instituciones. Lo que sí, no valen los escrúpulos en este blog, aunque claramente sepan que tampoco se puede ir al pasto. Equilibrio, libertad, love! -termina otra vez don Hilario, con la sangre caliente y la pipa apagada.

Los dos interlocutores quedaron atónitos por un momento, y al cabo de segundos, interrumpe el silencio don Ojota.


- Este descubrimiento, merece un buen vino, pero no cualquiera, sino un "Viejito". Y abrió velozmente, cual elfa deslizándose en los bosques del Sur Patagónico, la pequeña heladera que el barbudo tenía en su celda sólo para bebidas hechas por los duendes del Trapiche.
- Un amigo mío diría, para estos momentos, ¡que viva el amor! - comentaba don Virula-, asi que brindo por eso.
- Yo redoblaría la apuesta -avanzaba mistérico el morocho-, ¡que viva el amor imposible!, o mejor ¡que vivan los amores imposibles!
Reían barba y rulo.
- Yo, por último -como para finalizar el brindis, decía don Hilario-, brindo por el mito, pero no por cualquier mito, sino por el Vero Mito.
"SALUD", dijeron los tres al unísono, y comenzaron a beber un delicioso Viejo Isaias con la firme esperanza de que el poder de los duendes alimente y reactive la "nostalgiosa", que se halla en el corazón destos románticos errantes.


DON HILARIO(+)