RETAZOS DE LA INFANCIA
Tiempos aquellos de tardes desgranadas
Entre juegos y fantasías
Infancia de pureza amical
Niñez rebosante de alegrías
Recuerdos lejanos que acometen
La nostalgia de ser feliz entre juguetes
Lejanos hechos que no supieron
de miradas ahogadas por cizaña
Inocencia sitiada en cumbre
Donde la luz solar acaricia
Y enciende con su fuego a la vida
Regocijando la niñez infinita
Serena alegría de gozar en realidad
Sin preocupaciones ni vanidad
Don desmedido de la Divinidad
espesura de dicha al niño se da.
Es la niñez por sabiduría del Criador,
Parábola de dicha eterna
Cargando sobre sus hombros
El honor de excelencias futuras
igual que el eco estridente de la montaña
Que es presagio de tormenta
El niño con su sencillez
Atisba la vida entre coro angelicales.
Busca retornar el alma
Deseosa de infancia sutil
De mirada profunda, bella y veraz
a la inmacula belleza del infante vivir
Retazos tibios de una melodía
Que hieren el pecho
Fragmentos acrisolados de vida sencilla
Que el alma en su compás
Busca vislumbrar
Don Bernardo de Vivar!
ResponderEliminarSi no me equivoco es su primera entrada en este gallardo blog. ¡Qué manera de prorrumpir en nuestra mediocre medianía, con un poema tan alto y bello como lo es el suyo!
Es un poema para leer y releer varias veces y empaparse del vocabulario tan medido y calibrado, y de la sonoridad vibrante de sus versos. Da mucho que pensar su contenido: "El niño con su sencillez atisba la vida entre coros angelicales". Espectacular.
Lo felicito nuevamente. Quede con Dios.