Un relato y un cuento de Dom Abubba
Una tarde tranquila, en la que las nubes tenues del ya
adulto otoño tomaban los montes y los árboles, cuando sus últimas hojitas
sacudidas por el viento me permitían oír sus últimos aplausos, yo me hallaba
pensando en asuntos de este mundo y de mis consejos que, como Starets le brindo
a mi discípulo, el joven Baishka, señor sobre la montaña, amo de las grandes y
fecundas tierras del oeste de mi Pueblo,
el de opulento vino, el cual Abba se regocija de haber creado.
Pensaba…
Fumaba mi pipa traída de oriente…me encontraba en los
jardines de el joven; el pasto seguía
bellamente de un color verde primaveral, el sol se ponía frente a la inmensidad
de los gigantes de roca…
Pensaba….
Llegue a un punto extasioso en el que el humo que tiraba de
mi boca por su espesor me permitía ver seres metafísicos en mi alrededor que no
participaban de la realidad en la que estaba..
Cuando de pronto !CHAN! Una joven mano de un muchacho de no más de 14
años me tomo por el hombro de sorpresa. Mi mente rápidamente volvió a la
realidad física de la cual con tanto esfuerzo me había costado salir. El chico
se llamaba Nikolay, mi memoria me hizo recordar su nombre ya que era un sobrino
tercero de la cuarta dinastía de la tía abuela de el joven Baishka .
Nikolay lloraba y yo no entendía
porque!
Niko me decía: he hecho algo
malo, he atentado contra los preceptos y contra el amor….necesito el perdón! Me
arrepiento!
Es usual que en estas tierras se
hablen con estas expresiones ya que la misma naturaleza ilumina y dispone a
dialogar así.
Escuchar eso me dejo petrificado,
yo no podía darle nada, solo soy un Starets sin ordenación, a punto que vi que
el carbón que calentaba mi pipa se consumió. Tratando de consolarlo rápidamente
supe que tenía que hacer… contarle una historia.
Le dije, acomodando mi capuchón: -No tienes que llorar,
eres parte del pueblo que se quiere sumergir.
Nikolay: Que se quiere sumergir? Ya sus lágrimas habían cesado un poco.
Yo: Claro, es una historia breve quieres que te la revele?
Niko: Si por favor.
Bueno, proseguí….
Este pueblo existe desde muchos
años, más de los que tienen las ciudades del Oeste, es un pueblo que tiene una
población cambiante ,entra y sale gente todos los días …tiene mucho movimiento
y todos pertenecen a ese pueblo , los que entran y los que salen , es más ,
creo que yo también pertenezco a este lugar. Lo más interesante es que no tiene
lugar en el plano material pero sus
pobladores son materiales.
Nikolay me interrumpió diciendo: -No puedo entender eso! No tiene mucho sentido…
Riéndome le dije: Alguna vez has
visto el aire? No por su puesto, sino solo expresado a través de las cosas que son
influenciadas por ella, algo así es este pueblo.
Niko asintió pero me dijo: Queda
algo que no entiendo…. Sumergirse? Acaso es un pueblo submarino? O se quieren
sumergir en el agua?
Ya habiendo dado mi introducción le
aclaré: Sumergirse es algo totalmente hipotético, pequeño, el sumergirse hace
referencia a sumergirse en el perdón!! Tú lloras, y esas lágrimas se sumergen
en el perdón sagrado, porque te arrepientes, lloras y como lloras el perdón y
la misericordia se te es dada.
Tristemente vivimos en días en
los que los hombres que deben ser intercesores del perdón han priorizado muchas
veces, pero no todos, asuntos terrenales, administrativos, y solo dan prioridad
al gran sacramento eucarístico, sin poder ver que sin perdón no podemos recibir
al que da la Vida, pero no te preocupes, la misericordia y tu dolor te han
sumergido en el perdón intrínseco ya que estas arrepentido. Pero debes
extrínsecamente pedir perdón por lo que hiciste frente a los que se les fue
concebido el poder, es necesario, ahí está tu confirmación, luego vivirás.
Me despedí sin preguntas, tome mi narguile , el cual misteriosamente se había vuelto a encender y la brasa
brillaba a la par que el ocaso del sol anaranjado.
Subí al cerro del vigía Gustav a
contemplar las primeras luces de las lámparas de la aldea y a charlar con el del prominente fuerza, sobre la jornada.
Al de cana aislada pero segura, Dom Abubba, le doy la mano pero yo se la beso primero.
ResponderEliminarSu relato sólo es posible de ser comprendido si alguna vez se ha estado en el maravilloso puenlo del Salto, si se ha aspirado narguile y si se ha visto -aunque sea de lejos- a Gustav, el Fuerte.
No es un tema menor ni se puede ser frívolo con el tema del "perdón sagrado" que menta, pues como dice, es sagrado. Es tan difícil en este mundo cruel y en esta Barca petrina que devalúa o destruye -tragicamente- el sentido del perdón y de la misericordia divina, que es necesario andar con cuidado en estos temas. Todos estamos de acuerdo, me figuro, que es necesario y urgente aprender a pedir perdón hasta las lágrimas y ser misericordioso como el Tata lo es. Pero no llegaremos a serlo en esa lamentable escuela que está de moda que reparte perdones por dos mangos sin discernimiento y sin pasión. Es que uno no se hace indulgente del día a la noche a base de sensibloides peroratas. Uno podrá transfiugrarse por la Gracia en ese Jesús perdonador si se deja iluminar en el ámbito de la plegaria. Sólo aquí en la oración es que uno recibe la fuerza y la inteligencia para conmiserarse del prójimo, no bien antes habiendo esforzadose uno por saberse el primer miserable. En fin, tiene jugo el tema propuesto por el Starets, y hay que ser delicado para exprimirlo.
Con su permiso, Abubba, me despido de Ud. esperando una reunión en su mesón del Oeste.
Hilario.
Estimado Don Abubba, profunda y sencilla es su visión. Me trae a la mente tantas cosas por decir, mas, me conformo con destacar la mismísima palabra sumergir. Encierra en sí misma grandes misterios. Recuerdo los pasajes bíblicos donde se utiliza este término. El bautismo oriental consiste no en empapar o salpicar, sino sumergir al catecúmeno. En fin, es someterse a otras leyes físicas, es quedar suspendido en otro micro-clima.
ResponderEliminarEL de los Gamos