martes, 30 de mayo de 2017

Prendiendo el motor

Aquel gallardo esa mañana decidió romper su silencio.

Madrugó para estudiar, desayunó tranquilamente como acostumbran los hobbits en Cuyo y luego de higienizarse partió hacia la parada del 19.
Eran las 8 am cuando llegó al paraíso terrenal que tanto le gustaba: la Facultad de Cs. Agrarias en la remotas tierras de Luján. Era una mañana de las últimas de Mayo.
Al llegar a la biblioteca donde tantos parciales había logrado salvar con épica epopeya en una sola mañana de estudio desesperado juntos a sus compañeros, otra vez se sentaba en la mesa para 6 de siempre.

Esta vez se encontraba solo. Era el primero en llegar, extrañamente ya que su tío Frodo siempre le inculcó la impuntualidad que tanto molesta a sus vecinos hobbits. Pero esta vez él era el primero como bien dije. Su soledad le hizo brotar, como frecuentemente le sucedía, esa libertad de espíritu que tenía su antepasado Bilbo 'el distinto'. Aquel gallardo sabía bien lo que quería, y al ver que Dios se lo servía en bandeja lo aceptó alegremente: dejó sus cosas, tomó su libreta de escritos y, sin dudarlo siquiera un segundo, subió a la terraza a ver el amanecer que ya acontecía.

Resultado de imagen para cordillera de los andes mendoza amanecer

Si.. efectivamente despuntaba el alba como nunca antes, el sol teñía todo de rojo y oro, la escarcha aún no cedía pues los rayos aún no acariciaban el suelo haciendo que el pasto se viera de gris plata. Aquel bohemio absorto ante tal espectáculo que el Creador pinta todas las noches desvelado para no defraudar a sus pocos y refrenados gallardos espectadores, quiso dedicar sus líneas a aquellos que andan lejos del pago, y también a aquellos amigos sin gala amantes de lo bello. Y por esto, se propuso tamaña osadía: describir el hermoso amanecer en Mendoza.

Según lo que la ninfa y la diosa Aurora le inspiraron, escribió lo siguiente:
"Como diría un sabio staretz por allá en los élficos lares de Tupungato: '¡Magnífico!'. Mas no sé si comenzar describiendo por el Oeste o el Este..."

Luego de reflexionar y meditar mejor sus próximas palabras apuntó:
"La gran Hostia dorada ya sale a nuestro socorro. El calor, el fuego, el espíritu que a todo da Vida otra vez nos redime como en cada mañana. Su luz ya toca las copas más altaneras de los álamos, eucaliptos y abetos, siempre los primeros en recibir su bendición alegre. Desde aquí arriba (en la terraza) se logran apreciar las viñas, los olivares, el alfalfar, la pequeña y orgullosa bodeguita y todo el arbolaje que se colorea de rojo vivo y naranja puro... ¡ah!.. ¡cuánto se disfruta el clásico paisaje rural mi tierra!"

"Al Norte: la ciudad se ve que despierta a su paso rápida y apurada como de costumbre,... Al Sur: dos hileras de imponentes y típicos plátanos dorados por el otoño se alzan refulgentes cubriendo la inmarscesible calle Cervantes que se pierde a lo lejos camino a tierras de los Brandigamo,... al Este: el gran Sol que todo lo devela, y al Oeste:... -(breve pausa)- .. sí... al Oeste la... la ansiada y enorme Montaña andina."

Al verla, el joven quedó en silencio de oración contemplativa llena de gratitud. Le helaban las manos pues la gélida brisa matutina corría en aquel histórico techo. Le temblaba la pluma pero al llegar a este punto sintió una dual sensación: por un lado estaba lleno de gozo, pues aquella montaña blanca con su erguido volcán cubierto de nubes en la cima brillaba con un extraño resplandor naranja que él jamás había visto en sus largas e incontables mañanas. Parecía que al pensar en aquellos que no pueden verla ya sea por distancia, incapacidad, o porque no levantan la mirada hacia el Oeste, (donde aguardan los barcos que llevan al otro lado del mar), sentía que era un privilegiado por aquella posición y privilegiado por sentir latente en su alma aquel gozo por lo bello, Pero por otro lado sentía que si intentaba describir aquello que emanaba tanta belleza a sus románticos visores no podría nunca describirla acabadamente incluso con ayuda de elfas poetizas o ninfas entendidas en este arte. Al principio quiso sacar una foto, pero la ninfa que le dictaba en el corazón lo reprendió al instante por querer "embotellar" a la Belleza. Asi pues decidió entonces hacer su mejor esfuerzo por su gallardo camarada que algún día regresará (y podrá verla con sus propios ojos), y armándose de vigor retomó su escrito anotando tembloroso:
"Los gloriosos aguiluchos y teros revolotean por sobre los aguaribay y se posan cantando maitines en sus copas siempre verdes..." -(esta oración no le gustó para retomar)-

Resultado de imagen para sol amanecer

Siguió:
"El sol al avanzar trocó las nieves eternas del Cordón del Plata de rojas a amarillas. El extenso pedemonte con sus incontables barrios y la ciudad ya se cubren completos del mismo candor. La luna creciente tras la montaña cedió su puesto de guardia a su hermano Mayor.,,"

(...) Esforzándose aún más:
"La 'Otoño en Mendoza' es aquí y ahora donde cobra valor, desde aquí los colores y los aromas de la famosa 'Fragancias de mi tierra' y de todas aquellas tonadas que engalanan mi hermosa comarca se hacen presentes todas juntas cantando mil melodías y cogollos al sonido de guitarras que traen a la memoria farras con vinos viejos entre viejos amigos y viejas canciones, al fogón de viejos y secos leños..."

Aquí volvió a pausar... el corazón le latía cada vez más fuerte de la emoción pues veía que al fin le salía algo digno de lectores u oyentes... Pero aún así no resolvía el duro enigma de describir a su amada Mendoza que nacía aquel día otoñal. Luego de un momento de reflexión e intentos fallidos, siguió contemplando resignado un rato largo.
Ya la media mañana llegaba y era hora de volver a la caverna de estudio. Retornó decepcionado y pensativo a la biblioteca donde sus amigos se preguntaban por su demora. Pasó el día entero pensando en aquel resplandor de la montaña y en aquel amanecer único.

Pero entrada la noche por fin entendió que él, con su ínfima capacidad de observación, duro de entendimiento, mísero orco de un solo ojo ante lo bello, debía seguir adoctrinándose en la gallardía literaria, pero ¡ojo!.. descubrió también, segundos antes de tirar su fracasado intento de papel a la basura, que tal vez era un humilde y buen comienzo para iniciarse en el libro de los GsG. Y ésto además podría servirle también a nuevos integrantes inexpertos y tímidos como él que reciben el llamado pero creen que sus escritos "no son de tal porte" como para ser leídos por otros y no se animan a publicarlos.
Por lo que no borró su escrito, al contrario, lo encuadró en un marco de plata y lo colocó cerca del umbral de la puerta de su agujero hobbit orgulloso de su extensa y aburrida obra.
Así se retiró contento y satisfecho a su lecho, dispuesto firmemente a combatir en las filas de los "defensores de la Belleza", procurando esforzarse lo más posible la próxima vez que escribiese.

La ninfa logró su comedido con aquel valeroso varón.




Don Camilo di Benedetto

3 comentarios:

  1. El Emigrante Nostálgico31 de mayo de 2017, 19:26

    Don Camilo di Benedetto, le felicito y admiro por su capacidad descriptiva. Ciertamente ha logrado reconstruir con palabras una imagen muy semejante a lo que es el paisaje mendocino. Han sido palabras, metáforas y comparaciones exquisitas. Estaré atento a sus escritos para aprender de ellos, pues soy torpe yo para la descripción, se me atolondran las palabras y el producto final son ladridos. Pero el nivel literario en este blog es muy alto, y usted está muy a la altura, espero poder aprender de los gallardos a suplir esta carencia mía.

    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  2. Don Camilo! Una gran alegría verlo por acá. Desde ya, mi más cálida bienvenida. Enorme es el gozo que además de la sangre, nos une la pluma.
    Respecto a su relato, comparto con El Emigrante. Impecable su capacidad descriptiva. Sepa que al leer su relato, recordé miles de madrugadas en los pagos Andinos. El sueño, el frío y el paisaje, hacen de un sentir único.
    Le mando un gran abrazo.
    Don V

    ResponderEliminar
  3. Honorable Emigrante Nostálgico:
    Sus palabras y su nombre tienen ecos de lejanía, me alegra de sobremanera entonces que mi escrito haya llegado hasta sus nostálgicos ojos trayéndole buenos recuerdos de nuestra amada Mendoza a sus pensamientos. Agradezco enormemente su comentario, me insta a seguir mejorando y publicando con más ahinco mis humildes escritos.
    Debo decirle con admirable respeto que me han encantado sus últimas entradas, pues revelan verdades tan patentes y tan ocultas a la vez que es menester traerlas a la memoria una y otra vez para no olvidarlas. Lo saludo cariñosamente!

    Querido don Virula de los Gamos,
    Tal vez usted no haya sido mi mentor en esto, pero si lo reconozco como un ejemplo y quizás la persona que más promovió el arte de la escritura y la poesía en mí a lo largo de nuestras ligadas vidas. Eso es algo que jamás voy a poder pagarle, quiera Dios que lo colme de bendiciones y gracias de mi parte. Agradezco la bienvenida y el incluirme en esta barca real que navega contracorriente tratando de mostrar al mundo que aún existe el Bien, la Verdad y la Belleza. Siga así: enseñando a través del ejemplo y la escritura, que son dos modos importantisimos de dejar una huella marcada en los que le rodean.
    Le mando un abrazo grande,

    Don Camilo

    ResponderEliminar