Los Elfos, ¿Son Reales?

La tarde declinaba en la estancia de Los Gamos. Casi todo era tranquilo, el viñedo vestía el color rojo otoñal, la alameda se mecía pasiva, las aves cantaban melancólicamente y la montaña helada se disponía a recibir el sol en sus entrañas. Todo invitaba a la calma, mas, como dije, no todo era tranquilo. En la amplia galería de la casona, se encontraban muy exaltados de espíritu Don Virula y Zaqueus de la Guerma. Ocurre que aquel día, los dos melans se habían reunido para debatir un tema de vital importancia, y para esta hora, ya tenían un par de Jacks Daniels fluyendo por la sangre. Lo que ellos no notaron mientras hablaban, es que no estaban solos en la finca. Varios seres misteriosos se habían ido deslizando entre las sombras sin que ellos lo notaran, y por poseer un oído muy agudo, se detuvieron a escuchar con curiosidad aquella conversación, a la que tiempo después, susurraron al oído a un gallardo, con la consigna de que ponga todo por escrito. La charla, se dió del siguiente modo:
-¡Ya no existen, las elfas ya no existen!- Dijo Guerma encendiendo un cigarro.
-Yo no me atrevería a decir eso- dijo Virula mientras olía el perfume del whisky
-Vamos, seamos sinceros, ya hemos sido idealistas mucho tiempo.- A lo que Don Virulana respondió
-Idealistas... ¿Qué es ser idealista? Ciertamente lo somos-.
-¡Claro que sí! Vera estimado, siempre hemos soñado con muchas cosas, enamorarse de una elfa, vivir aventuras, concurrir a lugares maravillosos y encantados, todo esto, lamentablemente está fuera de nuestro alcance-.
-¿Y usted me pide que abandone esta visión?- Preguntó pensativo el viru, a lo que Guerma contestó:
-Es duro decirlo cumpa, pero la vida me va enseñando a ver cada vez mas la realidad, y la verdad es que ver las cosas así solo trae penas-.
-No diga eso mi amigo- respondió virula, y encendiendo su pipa añadió: -Mire, comprendo perfectamente lo que usted dice. Vaya que lo he pensado. Muchas veces me he sentido triste por nunca lograr experimentar todo esto, ya sabe, los elfos y todo lo que dijo.
-Pues entonces, ¿No es Virula, una escapada  a la cruda realidad?
Virula, largando una lenta bocanada respondió:
-La verdad, es que es una linea delgada, claro que si. ¡Realidad y fantasía!. Opino que fantasía se esconde dentro de la realidad.
-No comprendo- dijo Guerma, y llenando los dos vasos exclamó:
-Continúe por favor, y páseme fuego-.

-Pues, escuche, creo que no se trata de negar la realidad, ni de pretender ver elfos por doquier, creo que el mundo fantasioso se encuentra escondido en lo mas hondo de cada cosa. Nosotros, por nuestros sentidos, percibimos las cosas materiales, las cosas palpables, vemos y tocamos un árbol...
-Lo esencial es invisible a las cosas- cortó Zaqueus.
-Exacto- continuó el flaco - y como lo esencial es invisible, me atrevo a decir, que dentro de un árbol o una estrella, hay una realidad infinita, que incluso es primero que la realidad que palpamos. Es decir, que el árbol posee una realidad muy superior a lo que vemos, incluso, aquello que captan nuestros sentidos, es la realidad última y mas "efímera" por decir de algún modo-.
Guerma, pensativo añadió:
-Entonces, el árbol que palpamos es sólo una consecuencia última de lo que verdaderamente es-.
-¡A eso me refiero!- Exclamó Virula, y Guerma contestó:
-¡Que mediocre es nuestra humanidad!-
-Va por ahí- respondió Virulana, que comenzaba a excitarse por la conversación, y siguió:
-Esa realidad infinita que poseen las cosas, son bellísimas, y pertenecen al mundo espiritual infinitamente hermoso-.
Ambos quedaron pensativos unos segundos, hasta que Guerma dijo:
-Se me ocurre que la realidad que percibimos, entonces, es como un sueño de sombras, donde todo se esfuma, un sueño en el que estamos, y al despertar, todo será mas real que nunca, y esto será como un sueño-.
-Tal cual cumpa, y eso es lo lindo, en un sueño las cosas no brillan como aquí. Por lo tanto, si tuviéramos esa vista, esos ojos espirituales, veríamos la realidad sublime, y comprobaríamos lo bello que es el mundo-.
Zaqueus preguntó:
-¿y cómo se despierta?¿cómo abrir los ojos del alma?- A lo que Viru respondió:
-Buena pregunta, se me ocurre que solo el Amor de aquel que todo lo hizo, nos puede abrir los ojos-.
-¡Claro!, en realidad, su Amor, nos haría ver las cosas como Él las ve, y su creación debe ser hermosa. Es como cuando uno se enamora de una muchacha, de pronto, todo recobre vida, todo huele y sabe a bien-.
-Así es- dijo Viru - Bienaventurados los puros, porque verán a Dios. La pureza de la vida, el contacto con las cosas de Dios, va curtiendo nuestros sentidos, y va activando los sentidos del alma. Es por esto aimgo, que los elfos verdaderamente existen. ¡Los ángeles existen, Rivendell existe, las aventuras existen! Todo nuestro idealismo se transforma de realidad pura. Pero repito, no como lo imaginamos, sino en una realidad espiritual. ¡La vida de la Fe es una gran aventura espiritual, aventura de amor, donde nuestra alma, como a Bilbo, es sacada de nuestra casa, y es llamada a un largo camino espiritual, lleno de aventuras y peligros, con dragones diabólicos que quieren hacer perecer nuestra alma. ¡Y esto, cumpa, es lo más real que existe!
Y como nuestro amigo Jimy, de pronto, al conocer a esta muchacha en su interioridad, ha descubierto que es toda una elfa-.
Guerma rió, y dijo:
-¡Entonces, probablemente hemos pasado al lado de muchas elfas sin darnos cuenta!-
-Así es, el reino de los elfos existe, pero está camuflado a miradas curiosas e impías. Y nosotros, Dios mediante, caeremos de bruces sin darnos cuenta en el jardín mismo de una elfa, a la luz de su mirada. En verdad, pienso que mientras más se acerque el alma a Dios, mas elfo se va volviendo, mas esto solo lo percibe quien se ha preparado, quien ha rechazado toda falsa belleza humana, y se ha largado a un fatigoso camino, en búsqueda de algo mucho mas sublime-.
Se hizo un largo silencio, y nuevamente Zaqueus de la Germa prorrumpió diciendo:
-Tienes razón, los elfos existen, ¡Que nostalgia!- A lo que Don Virula respondió:
-Es el legado que recibimos de nuestros padres Adán y Eva. La naturaleza cayó, pero ellos guardaron en el corazón el recuerdo del Edén, ellos lo vieron y vivieron, y por ende lo añoraron. Ese recuerdo se trasmitió, a la par del pecado original, y esa nostalgia, puede ser la cuerda que nos guíe al Paraíso.

Allí concluyó la charla, minutos después, comenzaba a salir el sol por el este. Los seres ocultos, retornaron felices a su lugar, luego de haber oído todo. Lo último que oyeron a lo lejos fue:
"¡Que hermoso es ser cristiano!"



                                      Don Virulana de los Gamos