martes, 27 de junio de 2017

Fuego Sagrado

Reenvío un relato misterioso que me llegó con el correo de esta mañana. No me pregunten, pues no se quién es el autor.

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El fogón de despedida.

Hace un año, pues bien no recuerdo la fecha, en las tierras del oeste, la de montañas bravías, se llevó a cabo un evento importante, el cual voy a mencionar más tarde.
Enanos, elfos, humanos y algunos magos se reunían. Cada cual cumplía su función: unos arribaban con carretas llenas de comida, los otros bebida en abundancia, aquellos la leña y por último los que se dedican a la melodía, guitarras y bombos acarreaban sobre sus hombros.
Los primeros en llegar fueron los de la comida. Armaron un fueguito austero para calentar las parrillas y disponerse a armar todo el festín. Algunas complicaciones tuvieron, lloro el cielo y hasta un pino muerto... pero nada detuvo su faena.
Mientras todo sucedía, los enanos y los hombres más fuertes, iban y venían del bosque con sus hachas afiladas, trayendo el alimento del fuego ¡pues si! Esa noche nadie pasaría hambre ni sed, pues todo se daba en abundancia y de nada se carenciaba.
Por aquellas horas, en las que el astro dorado se esconde, y su amada luna emerge en la gran bóveda celeste. Todos se encontraban reunidos, mojándose los labios con alguna bebida, unos más entonados que otros, cantando y alzando himnos junto al fuego. Y debo mencionar que éste no era un simple fuego, pues ya era una hoguera; alimentada por grandes troncos que solo algunos corajudos enanos se atrevían a levantar. Ahora llegó el momento de aclarar vuestras mentes, seguro muchos de ustedes estuvieron aquel histórico día. Pues en esas tierras del oeste nació un himno de "despedida" ¡Hea! Pues claro que sí, ese evento importante era la gran despedida de don Macrocéfalo Hilario, también conocido como El Viejo. El cuál partía a las tierras "madres" por motivos especiales que manda EL de arriba.............
¡AL LADO DEL FUEGO..., AL LADO DEL FUEGOO! comenzó a vociferar uno de los participantes de aquella despedida. Luego ya no era uno, sino todos los presentes entonando dichas palabras.
Aquí, señores, comenzó la arenga fogonera. Arenga he dicho y eso es lo que es: un grito solemne y de tono elevado, pronunciado ante una multitud, con el fin de enardecer los ánimos... Ánimos que se estaban ahogando porque se aproximaba la "fuga" de un ser querido...
De:
Uno que estuvo ese día.

4 comentarios:

  1. Ha mis oídos ha llegado aquella épica juntada, y a mis ojos, a través de un comunicador del Macroencefálico don Hilario. Me contenta que así fuera, y espero que la juntada de la "bienvenida" haya sido más épica que la de "despedida".

    Le manda un abrazo nostálgico,

    El Emigrante.

    PD: Espero me consiga una costillita de ternera y me la guarde usted bajo el poncho, que llego tarde, pero llego.

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  2. Por un momento regrese 14 meses atras y vivi ese momento. Volvio a mi boca el sabor se ese costillar a la llama pasado por agua, a mis manos el calor de ese mágico fuego que nos protegia de una noche tan fria y a mis labios esa sonrisa que estuvo presente durante toda la noche. Poco tiempo queda para que volvamos a ese mismo lugar y vuelva a resonar esa arenga que quedo grabada en el corazón de cada uno que estuvo aquella noche.

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  3. Y si! Nadie jamás podría olvidar esa noche tan bella y larga en la que más de uno a causa del alcohol al día siguiente no recordaría nada, pero con el tiempo los recuerdos brotan del inconsciente... (gracias a Dios). Farras de tal magnitud no son fáciles de olvidar, y allí estuvimos todos.
    Y debo decir que la bienvenida fue de igual magnitud: el viejo Hilario hiló sus cuentos otra vez junto al fogón y las manos de los guitarreros movidas por las mismas musas junto a la carne a las brasas y junto a grandes amigos se hizo de una noche espléndida como lo merecía el barbudo.

    Don C

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  4. Que espléndida noche aquella , en la que me permití dar zapatazos al suelo con un carácter que no brindaba desde mis tiempos en tierras de cosacos o en las tierras de la Iberia .... que espléndida noche en la que las barbas quedaron humedecidas justificadamente por las grandes bebidas del Oeste ... que espléndida noche en donde nuestras voces resonaron hasta transformarse en el quiebre de rocas ... Curiosamente espléndida


    El staretz Dom Abubba

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