martes, 1 de agosto de 2017

El folclore y Cilantro Berlín(II)


Estaban todos con la cincha aflojada. Ciertamente el asado había sido sublime. Y ya todos encendían sus pipas. La fragancia que desprendían era suave y delicada, pues era buen tabaco: era Hoja de Valle Largo, la mejor hierba de pipa de la Cuaderna Sur. Se cuenta que Pedro Laínez la fumaba, en su pipa “La belicosa”, para celebrar siempre que ganaba una batalla con los suyos, contra los moros.

Y bebían tragos, los bebían en jarras de cristal de medio litro, a lo magno. Había Ron-cola, Whisky-cola, y sobre todo, Fernet-cola. Estaba ya todo dispuesto, nada quedaba por preparar ni acomodar. Entonces comencé yo, pues si no, no hablaría nadie:

-Bueno, hablemos de lo que antes se mencionó sobre el folclore y Cilantro Berlín. Yo estoy con el Quijote en que hay algo que no me gusta, pero no sé qué opinan ustedes, me gustaría saberlo.

Después de un rato habló don Camilo:

-Yo creo que Cilantro Berlín es muy bueno, la verdad es que toca lindas tonadas y con una profesionalidad envidiable.

-Así es, yo también lo creo –respondí yo, y todos asintieron en señal de aprobación, salvo el Quijote que permanecía callado mirando el fuego, y todos mirándolo a él por el rabillo del ojo, buscando algún atisbo de expresión que delatara su pensar, mas no lo hubo.

-Entonces ¿qué es lo que ve problemático en Cilantro? –me preguntó Zaqueus. A lo que respondí:

-Yo lo único que veo problemático es el “cuyanismo” por así decirlo. No saben compadres lo que estamos sufriendo allá en España con el tema del separatismo catalán. Cómo se quebranta mi alma al ver agrietarse la Madre Patria. Y el “cuyanismo” al que me refiero, me recuerda al separatismo catalán en sus inicios, y eso me sacude de temor y congoja. Todo comenzó allá por el siglo XIX, en la época de los nacionalismos, que no sólo fue una corriente que exacerbaba la nación propia por encima y en perjuicio de la ajena, sino que, a pequeña escala, exacerbaba la provincia propia por encima y en perjuicio de las ajenas. Comenzó todo, como digo, con el ámbito cultural, como casi cualquier revolución. El pensamiento de unos pocos y perversos revolucionarios suele transmitirse a la masa a través de la cultura, como las modas de ahora, que llevan detrás una impúdica, sensual y rebelde ideología. Así, con la literatura, la música y las fiestas, fue cambiándose el sentir de los catalanes, que se tornó en un desprecio hacia el resto de España, lo cual lleva inevitablemente a un desprecio de la España misma.

-¡Qué diabólica estrategia! –comentó don Virula.

-Así es, tristemente… -añadió don Hilario- Yo mismo anduve peregrinando por tierras catalanas, y no se veía allí más que vestigios de una vieja cristiandad hispánica, y evidencias de una nueva escisión catalana. Era aquello una triste figura, donde no había banderas de España, sino más bien de Cataluña, con una estrella símbolo de la independencia. Aquello me estremeció el alma.

-Pero, ¿qué tiene que ver el separatismo con el “cuyanismo”? ¿Acaso no es lícito un amor a la patria chica? –con esta pregunta, Jimmy, el buen cazador, puso la conversación con los pies en tierra.

-¡Efectivamente que lo es! De eso creo que no cabe duda –respondí yo-. Pero la cuestión es saber si el cuyanismo propugna ese amor lícito, o más bien es un amor desordenado. Por lo general los “-ismos” suelen ser sufijos que señalan que la palabra que les precede está por encima de todo (incluso de… ¿Dios?). Así, no es lo mismo ser romántico que romanticista, racional que racionalista, sentimental que sentimentalista, comunitario que comunista, tradicional que tradicionalista; y creo que no es lo mismo ser cuyano que cuyanista.

-Veo por dónde va –comentó don Calixto-. Pero, ¿Cilantro Berlín qué tiene que ver con el cuyanismo o con el separatismo?

-En mi opinión creo que bastante –respondí yo-. Porque hace una apología de la tonada y de Cuyo y de Mendoza que me parece excesiva. Estando el país como está, tan falto de folclore, no creo que sea momento de resaltar con fibra las diferencias culturales entre las provincias. Siendo Cilantro un profesional, y pudiendo llegar a toda la Patria, limita su auditorio a Cuyo, y exalta Cuyo por encima del resto de provincias, casi llegando a un desprecio implícito hacia ellas. Seguro que lo hará con la mejor de las intenciones, eso no lo dudo. Lo tuve de profesor de guitarra cuando era yo un niño, y varios de los aquí presentes creo que también, y es un tipo excelente, pero creo que yerra en esto.

-Pero, ¿Félix Dardo Palorma o Hilario Cuadros no hicieron lo mismo y son cantores y poetas muy respetados por nosotros? –intervino don Hilario.

-Así es, lo mismo hicieron, pero no en las mismas circunstancias –respondí-. En su época el folclore florecía por toda la Patria, y había gran variedad de grupos, y uno podía permitirse el lujo de limitar su auditorio a una provincia. Nadie dudaba entonces de la bondad de la obra de estos dos gigantes del folclore. Pero ahora, que no queda folclore, que la gente lo ha olvidado, que los jóvenes lo han despreciado, ¿es conveniente llegar sólo a Cuyo, pudiendo llegar a la Patria entera? ¿Es prudente exaltar Cuyo por encima del resto de provincias? Y pienso que no, porque esto puede llevar a un futuro separatismo, y me dirán dramático y exagerado, pero escuchen el discurso de José Antonio Primo de Rivera en el Parlamento, sobre el tema de las autonomías, búsquenlo en Youtube, y verán que su profecía se cumplió en España con Cataluña. A mí me entran escalofríos de pensar que la Patria se pueda separar, y es por eso que quizá me preocupe en demasía sobre el tema del cuyanismo.

Quedaron un rato en silencio, pensando. Para ello el tabaco Hoja del Valle Largo era la elección perfecta, pues ayudaba a elevar el pensamiento hacia los temas más profundos e intrincados. Al rato habló don Quijote:

-Yo no termino de ver ese argumento, pero sí me da qué pensar, quizá con reposo y silencio logre ver lo que quiere usted decir, querido Emigrante. No quiero con esto decir que no vea problemas en la figura y obras de Cilantro Berlín, lejos de mí. De hecho, me baso en tres argumentos distintos para decir que no concuerdo con este personaje.

A todos sorprendió la tranquilidad de ánimo tan inusual en el Hidalgo, y esto relajó el ambiente, pues era lo único que todos temían de este debate: que el Manchego encolerizara contra ellos.

Destensado, pues, el ambiente, aprovecharon el lapso de tiempo habido para rellenar de tabaco sus pipas, y de líquido sus tragos, para escuchar con el corazón bien dispuesto la argumentación triple del querido don Quijote.

------Continuará------


El Emigrante Nostálgico

2 comentarios:

  1. Muy interesante entrada querido Emigrante... Me ha dejado reflexionando y cavilando bastante. Me cuesta aún entender por completo el tema del "cuyanismo", (no digo que no se entiende el escrito). ¡Esperaré a la tercera parte para escuchar los argumentos del Manchego que los estoy esperando impaciente desde la primera parte!

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  2. Don Ábila de la Mancha10 de agosto de 2017, 20:23

    Me sumo al interés de Don Camilo, estimado Emigrante. Espero la continuación de su interesante escrito el cual, por mi ignorancia e insensatez, no logro captar en su totalidad. Y antes de realizar un juicio prejuicioso (valga la redundancia) quiero analizar entero el caso que hábilmente plantea.

    Con impaciente agrado, lo saluda
    Don Ábila

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