Una
gran pena me aqueja
mi
alma no está serena,
perdón
te pido, Dios mío,
por
sentir tan gélido frío.
Porque
se ha apagado Señor
la
ardiente llama de tu amor,
pues
este mísero corazón
se
desvela ansioso de perdón.
Y
en esta humilde oración
que
del corazón me brota,
al
Rey quisiera impetrar:
Aparta
de mí este peso,
pero
si me lleva a tu Amor,
que
se cumpla tu Voluntad, Señor.
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Don
Calixto Medina
Don Calixto de Medina!
ResponderEliminarMi venerado poeta. Le agradezco esta publicación que encierra mucha pureza de corazón. ¿Radicará su belleza en que el contenido es universalisimo y extensible a cualquier hombre? Me he sentido identificado con su súplica al Altísimo.
Ánimo con estas poesías, vienen muy bien para la Cuaresma, por lo menos para la mía.
Un fuerte abrazo nostálgico.
Estimado Don Medina!
ResponderEliminarPrecioso su escrito, espero que siga rociando con sus poemas y escritos nuestros secos corazones.
Gracias! Gran abrazo
Mi muy estimado Calixto Medina, compañero fiel en el bosque de la tristeza y la melancolía, el domador de las Elfas más antiguas que las estrellas mismas, mi saludo cordial.
ResponderEliminarGrandes son sus versos, como grande es su alma. Es el mismo Dios quien pide que lo alaben con versos improvisados. Sus estrofas me recuerdan al mismísmo David. Siga abriendo así su corazón al amor de Nuestro Señor, y deje la compuerta abierta, para que los sedientos podamos beber de sus rebalses.
Un gran abrazo,
Don Virula
Como siempre don Calixto, gracias una vez más por sus tan conocidos sonetos. Noto una clara mejoría en usted, se nota que ha sido un trabajo arduo y costoso, pues así son los sonetos. Mas, tan compleja es su redacción y tantas reglas poseen estos, que lo felicito por la valentía de animarse a embarcarse en ellos.
ResponderEliminarLo saludo afectuosamente,
Don Camilo dB