miércoles, 14 de febrero de 2018

Investigación Confidencial

Eran pasadas las dos de la mañana. La sala permanecía en penumbras. Solo brillaba una lámpara que colgaba del techo de aquel sótano hasta una altura baja, justo por encima de la mesa, repleta de papeles y pergaminos, de modo tal que los que se alejaban de la mesa, casi ni se veían. Allí se encontraban tres gallardos, en silencio. El primero, Don Ojota, estaba sentado en una sobria silla de madera. Pasaba su mano por la barbilla, o se rascaba el pelo pensativo, como tratando de asimilar algo. En mano tenía una copa de cristal con un cabernet franc 2002 elaborado en Alta Mira, al pie de la cordillera. El segundo, Don Virula, caminaba nervioso de aquí para allá, fumando un habano cubano entre sus dientes, mientras bebía un whiskey irlandés. Su mirada trataba de penetrar algún misterio inconcluso. El tercero, el reverendísimo Dom Abbuba, permanecía quieto en su gran sillón, inmutable.Fumaba de su enorme narguile de metro y medio, y el carbón crispiante iluminaba a la par que succionaba, su rostro severo. Parecía que aquel sujeto era de piedra, que no se movería por nada el mundo. Bebía un licor extraño de las altas alcurnias de Oriente, cuya composición desconocían, pero era una mezcla de varias hierbas típicas de allí, maceradas en alcohol al 95%, con una estancia en barrica de 16 años.  Allí estaban, en la cámara mas profunda y secreta de las anchas tierras de Los Gamos.


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- ¿Por qué se demora?- murmuraba Virula entre los dientes, sin soltar el habano.
-Paz, filio mío- respondió gravemente el Staretz -ya llegará. Y siguió Don Virula sin detener sus pasos:
-¿Será él?, ¿Acaso se han atrevido a romper las reglas?, ¿De dónde ha salido?-
No hubo respuesta, nadie quiso volver a romper la tensión de aquel bunquer lleno de extrañas siluetas de humo. De pronto, oyeron los pasos que esperaban, una puerta a lo lejos se cerró, y las pisadas fueron creciendo en la escalera, era él, no había duda. Rápidamente abrió la puerta Don Virula para recibir a aquel sujeto, que agachándose para pasar por la puerta, entró en la sala. Tras él, se cerró la puerta y se dispuso el cerrojo de cobre. Rápidamente todos se sentaron en sus lugares, excepto Virula, que dijo que prefería estar parado para pensar mejor. Todos besaron el anillo que tenía en la mano el recién llegado, anillo de las potestades del Godoy,  y se dispusieron a comenzar. El Marques, poniéndose de pie, dijo:
-Caballeros, en primer lugar, mis disculpas por las demoras, me resulta difícil llegar aquí sin generar sospechas, ya que mis feudos conocen bien mi rostro. En segundo lugar, el protocolo me obliga a recordarles que esta investigación es de índole confidencial, y nada de lo que aquí oyereis, podrá ser contado ni al mismísimo director espiritual. Nuestras vidas corren peligro de ser contrario.-
-Que así sea- respondieron todos al unísono. Don Virula exclamó:
-Mi señor, ¿qué desea tomar?- a lo que el Marques respondió:
-Traedme Whiskey, del sur de Inglaterra, que sea entre el año 86 y 88 por favor- Su vaso fue llenado enseguida. Siguió diciendo entonces:
- En esta novena reunión de esta investigación, quisiera hoy que Don Ojota comience relatando lo ocurrido.- Don Ojota, se para consternado, y encendiendo su pipa, explica:
-Yo me encontraba en San Martín y Arizu. Estaba solo, a las 4:43am. El destino me había jugado una mala pasada, y esperaba poder subirme a algún colectivo que me llevara a Los Gamos. Rezaba para mis adentros las letanías al 42, eso me hacía sentir esperanzado. Ocurre que como bien sabemos, en las proximidades habita la gente del Bombal, cuya frontera norte es la calle Morón, que bordea el sanjón. Sabida es también las múltiples guerras que han habido entre estos y la gente del Gauyma, a causa de la contaminación del agua cristalina que este sanjón posee, y que desemboca en el Cacique Guaymallén, también llamado el Támesis del Sur. Es por esto que la presencia mía, oriundo de allí, es tomada como una ofensa para esta gente. De modo que sabía que si me advertían vendrían por mi, para colgarme soga al cuello en el puente de hierro. Y había advertido un par de miradas que me despreciaron y fueron a dar alarma. Pocos minutos transcurrieron cuando comencé a escuchar que una muchedumbre se acercaba, cubriendo las calles desde los cuatro puntos cardinales. Me habían descubierto, y no tenía escapatoria. Portaban antorchas y tridentes, y gritaban cosas horribles sobre mi familia y mi pago. Nada podía hacer, el miedo invadió mis nervios y mi mente se nubló, casi pierdo el equilibrio. Fue en ese estado confuso, en que de pronto lo... de pronto lo vi, vi a...-
-¡No lo digas!- gritó furioso el marqués,- aún no estamos seguros- Y Fonsé continuó:
 Fue como si la realidad se desdibujara en un agujero en la calle, y como saliendo de la nada, del espacio sideral, apareció un colectivo, cerrándose tras sí, aquel portal místico. Pude ver que vestía los colores de los carruajes de mi pago. Sin que le indicara nada, frenó ante mi, y abriendo su puerta, el chofer me invitó a subir. Este tenía un cuerpo tres veces más grande que el de un hombre normal y su rostro era bello y anciano. Poseía cabellos grises muy largos, y su barba se extendía desde sus labios hasta el fondo del colectivo. En sus ojos brillaba la luz de las estrellas. Estaba yo muy confundido, la gente ahí era muy extraña, aunque parecieron no notar mi presencia. No recuerdo bien cuánto tiempo transcurrió, solo se que me bajé en mi destino, y al poner los pies sobre la calle, simplemente no lo vi más.-

Todos permanecieron en silencio un buen rato. Don Ojota se volvió a sentar. El Marqués, haciéndole una seña a Don Virula, lo invitó a hablar. Este, de pié dijo:
- Señores, ayer mismo terminé las inspecciones a todos los controles de todas las líneas que pasan por estas tierras. Aquel colectivo no figura en ningún recorrido, nadie sabe de el. Pensaba que algún pícaro, con la intención de ganar más dinero, había violado las reglas y había estado incursionando ilegalmente en territorio nuestro. Sin embargo, nuestros guardias de seguridad afirman no haber dejado pasar a nadie. Durante cuatro semanas contraté agentes especiales para vigilar las paradas mencionadas, y nadie vio absolutamente nada extraño. Fue entonces cuando decidí ir a visitar a Carlitos Lopez, dueño de la línea 9, El Cacique. Le pedí inspeccionar su estación, a lo cual accedió sin ningún problema. Tuve que pagarle 800 libras para que me deje leer los archivos secretos de allí, mas, no encontré algo relacionado al tema. Sin darme por vencido, pedí los antecedentes de todos los choferes, y ninguno se asemejaba al chofer descripto. ¿Cuál es mi opinión? Aquí pasa algo raro, y estoy seguro de que se trata una conspiración del Guayma, están buscando una excusa para inducirnos a una guerra, y tener pretéritos para robar las riquezas de nuestras tierras, y raptar nuestras mujeres....-
-Ya, ya, Don Virula, tranquilízate- Cortó en seco Don Ojota, y siguió:
-Ya sabes que eso no es así, mi gente jamás provocaría eso, hemos vivido en armonía desde hace 57 años, gracias al tratado del Unimev.-
Se sienta Don Virula, tratando de contenerse. ¡Denme whiskey! gritó.
El Marques, pensativo, se prende un cigarrillo, y dice dubitativo:
-Existe la posibilidad señores, aunque me cueste creerlo, de que sea aquel de que nos hablaron los profetas. Existe la posibilidad de que las profecías de los últimos tiempos se estén cumpliendo.-
-¿Cómo?- Exclaman exaltados Don Virula y Don Fonsé -De qué nos hablas, ¿qué profecías?-
El Marques, turbado, continuó diciendo:
Existe en los archivos secretos del Godoy, un pergamino muy antiguo, que habla sobre la presencia de un carruaje sin caballo, más rápido que cualquier corsel, que aparece y desaparece, socorriendo a los que están en banda- Los otros dos quedaron boquiabiertos. El del Godoy, continuó diciendo:
- Dom Abbuba, llegó el momento- Todos se dieron vuelta para mirarlo, permanecía igual que siempre. Este levantando levemente su mirada, dijo con voz de trueno en la montaña:
-Cuenta la tradición, de un carruaje misterioso, que transita a través del tiempo y el espacio, socorriendo a los más necesitados. En mi viaje al Oriente, estuve buscando información en Egipto. En antiguos archivos, encontré una pintura, donde se ve un faraón, al cual quisieron matar por convertirse a la Fe de los hebreos. Justo antes de su captura, cuenta la historia que los dioses le enviaron un carruaje sin caballos, color verde y mostaza, como los trigales del Nilo. Nunca más se lo vio. En otra ocasión, logré leer el diario íntimo de Nostradamus, allí hace mención a un extraño vehículo de índoles similares. En Grecia, bajo el Parthenón, en una excavación, se vislumbra una roca con un dibujo, donde se ve un colectivo bajando del cielo, trayendo a los astrónomos noticias del espacio. Hubieron varios rabinos que lo relacionaban con el carruaje de Elías, y aquí los mismos Incas dibujaron en las cavernas andinas, un vehículo grande de iguales colores, llevando a las momias al cielo. En Minas Tirith logré leer en un pergamino sobre cómo un misterioso carruaje salvó al Rey de una emboscada. Aquí tienen las pruebas- Y abriendo los papeles en la mesa, les mostró las evidencias. No había duda, era de la línea 9.
El Marques del Godoy, llamando al silencio habló:
-Os he ocultado estas cosas, para no alarmarlos, y porque las pruebas eran insuficientes. Conocía algunas leyendas, es por eso que Dom Abbuba estuvo ausente 38 años. Y creo que ha hecho un gran trabajo. Por otra parte, comencé a preocuparme cuando mis espías detectaron agentes de la Nasa buscando pistas interestelares. Creo que Donald Trump quiere retornar a la luna, parece ser que divisaron un bondi en un crater, con personas adentro.- Y suspirando siguió:
-El asunto es que yo mismo comprobé en Roma, de que se trata todo esto, es una larga historia, pero sepan... sepan que es señal del final de los días, temo a la rebelión del clero mendocino, donde pueda desatarse la última batalla librada en estas tierras. Mañana pondré al tanto a Evilio el confesor. Al parecer señores, no es más ni menos que....- Todos callaron. -Que el 151, auxilio de los desamparados, aquel que nadie se lo toma, aquel que a nadie deja por su casa, aquel que únicamente pasa cuando más lo necesitas. Nadie sabe de dónde viene ni a dónde va, no figura en ningún registro, nadie conoce a la gente que se lo toma, es el gran 151, el salvador de papas.
Todos seguían en silencio. De pronto Don Virula exclama:
- Pero, ¿Desde cuándo se sabe de él? ¿de quién es?, ¿para qué fue forjado?- Inmediatamente miró a Dom Abubba, experto como nadie en leyendas y tradiciones antiguas. Este, sabiendo que la noche iba a ser larga, fondeó su trago, se sirvió más y comenzó:
-Todo comenzó en el antiguo reino sobre la montaña....

Su historia continuó hasta muchas, muchas horas después, sobre la antigua leyenda del glorioso 151, línea 9, del cacique S.A.

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Don Virulana de los Gamos

4 comentarios:

  1. Don Virela!

    Espectacular relato tenso y misterioso! Me mantuvo en vilo... Iba a decir hasta el final pero en verdad sigo en vilo a la espera de una explicación de ese incógnito micro 151.

    Esta reunión de historias y leyendas que se viene promete! Como si de un fogón de enanos de la montaña se tratara!

    Ha logrado y pulido un estilo muy bello cumpa! Siga así.

    Con aprecio,

    E.N.

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  2. Todavía sigo atónito de las personas que vi adentro de ese misterioso bondi. No recuerdo quienes eran, ni siquiera sus rostros.
    Pareció una eternidad y tan solo fueron 15 cuadras.
    Recuerde que quedo en mi poder el cabello rojo de una mujer que viajaba alli.
    Que misterica y reveladora profecia.
    Continuamos la investigación.

    +DOF

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  3. Don Virula de los Gamos:
    Creo que ha logrado una exquisita combinación con este escrito, ha sido una historia atrapante, cómica y misteriosa. Le agradezco por compartirla con los gallardos, y lo invito a que siga deleitándonos con este tipo de escritos que hacen bien.
    Le mando un gran abrazo
    Jimmy

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  4. Dificilmente, oh tu el mayor de los gamos! podras olvidar aquellas noches. Cuanto las extraña mi corazon, al punto de suspirar incesamente por ellas. Le doy licencia absoluta para continuar con el desarrollo de la investigacion, poniendo a su disposicion:
    1. 40 mil libras esterlinas, para movilidad y gastos operativos.
    2. A mi querido caballo, Johann Sebastian, para que lo use con sabiduria.
    3. Permiso irrestricto para ingresar 'free charge' a todos los burdeles del Godoy durante su aventura.
    4. Dieciocho botellas del whisky escoces "Mckallan", con fraccion de medida en vaso de 500 ml, a fin de recobrar fuerzas cuando las musas parezcan haberlo abandonado.

    Exigo como contraparte de estas dadivas evitar en la documentacion cualquier incidente relacionado a supuestas torturas a habitantes de otros feudos, principalmente de Guaymallen.

    Registrese y archivese en la camara septentrional del archivo general del Godoy, calle Santos Dumont 2080, el dia de la fecha, 18 de Febrero del 2020.

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